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GONZALO MIERES
Domingo, 16 de octubre 2011, 04:42
El pasado lunes fallecía Luis Caso, histórico cronista de La Mariña en las páginas de este diario, compañero y, como reza el clásico en esta ocasión más auténtico que nunca, sin embargo amigo. Todos los años Luis Caso asistió este último verano a la entrega oficial de premios del Concurso de la Canción Asturiana de EL COMERCIO en la plaza Mayor de Gijón. Nos dimos un abrazo, como siempre, y hablamos de su zona mariñana, de los recuerdos de otros tiempos, sobre todo de los artísticos y, como no, de su época de cantante cuando lucía impecable su traje de charro y llevaba por los escenarios la música y letra de las rancheras bajo el nombre artístico de El Charro Negro. Y no solo mexicanadas, porque Luis Caso, que gozó siempre de buena voz, también cultivó la canción melódica con la que llegó incluso a participar y a cautivar al público en aquel conocido programa de Radio Oviedo llamado 'Rumbo a la fama'.
Le gustaban los escenarios, la escena en general. Tanto que llegó a hacerse actor aficionado y participó como extra en las películas 'Los peces rojos' (año 1955) con José Antonio Nieves Conde, Emma Penella y Arturo Córdoba, y en 'Jandro' (1964), dirigida por Julio Coll, y donde conoció a los actores María Mahor, Jorge Rigaud y un jovencísimo Arturo Fernández.
Fue la de los cincuenta una trepidante época para Luis Caso como actor de teatro amateur en la comarca maliaya. Aquel día en que nos vimos en el último certamen de tonada me recordaba, por ejemplo, su protagonismo en la obra 'Pastor y borrego', de Carlos Arniches; 'La locura de Don Juan', que se repuso con éxito en Peón, mientras que en Cabueñes representaban 'La Praviana', de Vital Aza.
Perteneció Caso al Centro Artístico Gijonés y formo parte de la dirección artística del Hogar del Productor de Ceares, barrio en el que vivió algún tiempo. También tuvo experiencias en el teatro asturiano, de las que recordaba su amistad con Rufino Peña.
En los teatros asturianos
En cuanto a la canción, cultivó Caso todo tipo de estilos desde la canción melódica, a la española pasando por la mexicana, en este caso con el seudónimo de El Charro Negro. Sus actuaciones se prodigaron por los principales teatros asturianos desde el Teatro Arango, a los desaparecidos Campos Elíseos; el de Prendes, de Candás; el Riera, de Villaviciosa; el Capitol, de Mieres del Camino; el Palacio Valdés y la sala Luzana, de Avilés y, como no, en el mítico Somió Park de Gijón.
Como profesor de canto tuvo a Pipi Antuña, quien le adaptaba las partituras a su tesitura de voz. Participó en numerosos concursos en Radio Gijón. En 'Rumbo a la gloria', en cuyo certamen se despidió en1962, actuó en representación de la Agrupación Artística Gijonesa, llamado por aquel entonces por el popular Juan Marty. Llegó a la final del concurso y solía recordar que fue descalificado por la tontería de dedicar su actuación. Sirva como anécdota que presentaba el concurso Menchu Álvarez del Valle, hoy abuela de la Princesa de Asturias.
Luis Caso se retiró del mundo artístico al contraer matrimonio en el año 1961 con una de sus más fieles fans, Ana Cardeli, cuando ya resididía en Quintueles. Aún así mantenía sus múltiples inquietudes. De hecho, comenzó a escribir sus crónicas deportivas y destacar todos los valores deportivos y culturales de la zona mariñana. Su apoyo a todas las manifestaciones artísticas y sociales es de sobra conocida, dado que de todas ellas daba cuenta en EL COMERCIO, donde comenzó a colaborar en 1974. Asumió con naturalidad los necesarios cambios tecnológicos en el mundo de la comunicación, es decir el envío de sus crónicas desde la distancia, aunque lo suyo fuera el periodismo a pie de calle.
Hace mes y medio recibí un correo electrónico suyo en el que me enviaba unas fotografías de su época de cantante y me decía: «Gonzalo, sé que algún día podrás publicar estas fotos, sé que lo harás, no me olvides. Te agradezco todo lo que has hecho y, además, sabes lo bien que me han tratado todos los compañeros de EL COMERCIO». Era la contestación al envío de una fotografía en la que estamos los dos en la plaza Mayor de Gijón en el concurso de tonada. Luis siempre fue un hombre servicial y eficaz. Reflejar su espléndida vida artística es un placer. Quiero recordar para terminar el emotivo y multitudinario homenaje que le brindamos en 'Bravo, asturianísimo', en el Teatro Jovellanos en 2008. Ese día pronunció unas palabras que dicen mucho de la personalidad de nuestro corresponsal en Villaviciosa: «A mi edad las muestras de cariño y amistad se agradecen más, pero Chelo Tuya (redactora de este diario) se ha 'pasado' al calificarme de 'maestro'».
Actor, cantante, maestro de la vida y entrañable amigo y defensor a ultranza de la zona maliaya. Así era Luis Caso. Nunca te olvidaremos.
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