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MARCOS MORO
Jueves, 6 de octubre 2011, 09:11
Propietarios de tres edificios barco de Poniente reclaman indemnizaciones millonarias a los constructores, promotores, arquitectos y aparejadores que participaron en el desarrollo de estos pisos de lujo por graves deficiencias constructivas en los inmuebles, por las que les han llevado a juicio. Los vecinos acreditan con informes de peritos problemas continuos de humedades en las viviendas y en los garajes que tienen su origen en una mala ejecución de las fachadas, revestidas con placas de aluminio composite. En días de lluvia el agua rezuma hasta los soportales, aseguran los afectados.
Los dictámenes técnicos en los que se apoyan las denuncias refieren, asimismo, otras anomalías constructivas en zonas comunes que han devaluado unos edificios singulares que tienen, en todos los casos, menos de diez años de antigüedad, umbral que determina la posibilidad de presentar recursos.
Una de las comunidades de propietarios ya ha obtenido en primera instancia una sentencia favorable, que ha sido recurrida en apelación por los técnicos del proyecto.
Los demandantes son los propietarios que ocupan algunos de los bloques más caros junto al Acuario, la playa de Poniente y las instalaciones hoy sin uso de Naval Gijón. Se trata de los edificios conocidos como Albatros y Gaviota y el que comprende los portales 2, 4 y 6 de la calle de Mariano Pola.
Los dos primeros fueron promovidos por Prosein, del Grupo Progea y construidos por OHL. Como arquitectos figuran los hermanos Manuel y Enrique Hernández Sande y Julio Valle Alonso, y como aparejadores Santos Sánchez García y Eduardo Barzana Coca. En el caso de Mariano Pola números 2, 4 y 6 este edificio barco fue promovido por Hurlemola. A todos ellos los vecinos les piden importantes compensaciones económicas por su presunta responsabilidad en el desaguisado.
El conflicto viene de largo. Primero, algunas familias a título individual consiguieron que los tribunales reconocieran judicialmente los defectos constructivos que tenían sus viviendas de los edificios barco. Problemas tales como molduras astilladas, grietas en los baños, zócalos en mal estado, anomalías en los cierres de los balcones, armarios empotrados sobre calzas de madera... Esos éxitos individuales sentaron precedente y animaron a las comunidades de vecinos a adoptar también medidas legales para resolver las anomalías constructivas que han ido surgiendo en las zonas comunes de los inmuebles. Especialmente, como queda dicho, en las fachadas que, a pesar de estar expuestas a un medio salino, no son ventiladas. Esto es, carecen de una cámara intermedia aislada como las que tienen los revestimientos de los frontales de edificios que se están ejecutando con cargo al plan especial del Muro de San Lorenzo.
Los afectados también denuncian problemas en las azoteas y las chimeneas, además de la falta de aislamiento en las bajadas de las cañerías. Todo ello, afirman, ha hecho perder prestancia y caché a unos edificios que en su momento se publicitaron como los primeros construidos en España con forma de navío. El edificio Albatros comenzó a construirse en 2001 y se concluyó en 2003. Y los otros dos metidos también en juicios son de la misma época.
Según ha podido saber EL COMERCIO de fuentes conocedoras del proceso constructivo de los edificios Albatros y Gaviota, la ejecución de las obras fue muy problemática -la califican de «desastrosa»- en lo que supuso el debut edificatorio de la firma OHL en Asturias. Durante todo el proceso constructivo «hubo entre cinco y seis jefes de obra distintos y se tuvieron que llenar varios libros de órdenes en cada edificio».
Cuando el exconcejal de IU José Antonio Hevia Braña era el delegado de Progea en Asturias se intentó poner de acuerdo a promotora y constructora para que se hicieran cargo de las deficiencias constructivas detectadas, evitando así los tribunales. Sin embargo, la dirección de este grupo empresarial, con sede en Zaragoza, rechazó asumir los arreglos y OHL tampoco se atuvo a razones.
2.918 euros el metro
Las parcelas donde se construyeron los 'barcos' costaron en torno a 3 millones de euros. Los propietarios pagaron en su momento sobre plano por pisos de 100 metros cuadrados 270.000 euros (45 millones de las antiguas pesetas) y ahora por las viviendas de esas mismas características se pide prácticamente el doble. Según el último informe del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, el precio del metro cuadrado en el área de Poniente se cotiza a 2.918 euros en vivienda de segunda mano.
Las fachadas de los edificios barco no se han limpiado nunca y ofrecen una imagen poco acorde con el lujo que se presume en su interior. Los vecinos lo justifican por el proceso judicial en el que están inmersos mientras la parte demandada lo ve como una desatención del mantenimiento de los edificios.
No todo son pleitos judiciales en la zona de Poniente. También suceden cosas más edificantes La asociación vecinal Pando asegura que desde el pasado agosto se ha conseguido erradicar de los soportales de los edificios barco la presencia de indigentes y de jóvenes haciendo botellón tras nueve años de reclamaciones al Ayuntamiento.
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