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A. PALACIO
Martes, 27 de septiembre 2011, 23:28
Kevin Spacey llegó, vio y volvió a conquistar al público avilesino. Su estrecha relación con la ciudad quedó una vez más reflejada en los minutos previos al preestreno en Europa de su película 'Margin Call', que llegará a los cines españoles el mes que viene.
Antes que nada, el actor estadounidense quiso hacer memoria de la primera vez que visitó Avilés. «Fue hace algo más de cuatro años, y recuerdo que cuando sobrevolamos la zona lo único que se veía era el terreno en el que luego estaría el Centro Niemeyer».
Una realidad que Spacey «ya conocía porque había podido ver los diseños en el ordenador» del director, Natalio Grueso. «Desde aquella primera vez que vine hasta ahora pude ir unos días a Río (de Janeiro) para hablar con el arquitecto, que entonces tenía 102 años y de verdad pensaba que no iba a tener ocasión de volver a verle». De hecho, recalcó que «parece mentira que ahora tenga casi 104 años y siga diseñando, bebiendo vino y fumando cigarros, en definitiva disfrutando de la vida».
El actor también recordó al público -que abarrotó el auditorio del centro para ver su película- que un centro cultural de estas características consigue «promocionar las pequeñas ciudades en toda Europa» y aseguró que «el Centro Niemeyer es un imán para la economía» y la cultura. Por eso se mostró tan contento de poder representar su obra 'Ricardo III' en Avilés y de presentarle al público su película.
Antes de que comenzase la película salió al escenario para explicar el argumento y también para asegurar que «nunca me había imaginado que iba a estar presentándola», aprovechando su estancia en la ciudad para hacer la obra de teatro. Un espontáneo del público le gritó, en inglés, que era el mejor y el actor respondió en tono de broma que se alegraba de que el bar del Niemeyer estuviese abierto, ya que en su última visita aún no había entrado en funcionamiento.
El millón de visitantes
Kevin Spacey quiso además felicitar al equipo de Natalio Grueso «por haber conseguido un millón de visitantes en sólo seis meses», y también tuvo palabras de agradecimiento para sus compañeros de la obra que se podrá ver en el Palacio Valdés a partir de mañana. «Nuestra compañía es 50% británica y 50% americana, pero les aseguro que ya somos una gran familia y estamos muy contentos y emocionados de que se hayan vendido todas las entradas para ver las funciones».
Además, aseguró que con ellos «estoy pasando el mejor tiempo de mi vida» y les recordó que su personaje en el film, el primero de JC Chandor «no tiene nada que ver con Ricardo III, así que no intentéis buscar su maldad», les repetía entre risas.
El actor apuntó además que siempre está muy implicado con los proyectos de los directores noveles porque así recuerda las oportunidades que él mismo pudo tener cuando empezó a hacerse un hueco en Hollywood, y aseguró que «es una forma de devolver» lo que en su día obtuvo cuando era un desconocido.
La película «narra la crisis desde la perspectiva de una compañía», aunque «creo que no da ninguna clave que se pueda aplicar globalmente para ponerle una solución» a la realidad económica que se vive en todo el mundo. Habló de su personaje, un trabajador «que lleva más de 40 años en la empresa y tiene a su cargo a muchos empleados» que le piden respuestas cuando hay que tomar las difíciles decisiones que cambiarán el curso de la economía y sus propias vidas.
El actor le reveló al público que la película «fue rodada el verano pasado en Nueva York, en un edificio en pleno centro de Manhattan» y únicamente tardaron 17 días en hacerla realidad. Quiso hablar de sus compañeros -Jeremy Irons, Demi Moore y Stanley Tucci, entre otros- y recordó entre risas que «no conseguíamos que ninguno le dijese que no al proyecto», a pesar de ser la ópera prima del director.
Kevin Spacey volverá a convertirse en Ricardo III a partir de hoy, con los ensayos en el Palacio Valdés. La principal ausencia será Gemma Jones, que en la última actuación en Londres se lesionó una muñeca y no podrá estar en Avilés para representar su papel.
Mientras, y hasta el viernes, la cúpula del Niemeyer seguirá albergando más pases del espectáculo undeground 'Cart Macabre', que también produce The Old Vic Tunnels y consigue que Avilés tenga, en la misma semana, los dos principales exponentes del teatro clásico y las propuestas más modernas de la capital británica.
La cúpula, que se ha convertido en un oscuro y fantasmal espacio, albergó ayer el primer pase del espectáculo, que dirige Klaus Kruse y pretende conseguir que el público reflexione sobre la vida y la muerte, qué significa tener un cuerpo y cómo la compañía, Living Structures -que se nutre de jóvenes que representan todas las disciplinas-, se planteó el reto de representar la nada.
Avilés es el primer y único destino internacional de este espectáculo, que habitualmente se representa en los bajos de la estación de tren de Waterloo, un espacio totalmente opuesto.
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