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E. C.
Martes, 30 de agosto 2011, 04:36
El presidente del Principado, Francisco Álvarez-Cascos, acusó ayer al ministro de Fomento, José Blanco, de tener «paralizada» la construcción del AVE en Asturias mientras en otros foros defiende la necesidad de que el próximo Gobierno mantenga el ritmo de ejecución de la alta velocidad ferroviaria en Galicia.
La preocupación que Blanco prodiga al AVE a su comunidad es palmaria. El ministro consintió mantener con la Xunta una comisión bilateral para seguir el avance de las obras, ha apretado el acelerador hasta el punto de que en diciembre inaugurará el AVE Santiago-Orense y acumula el estreno de varios tramos de la autovía del Cantábrico en la misma región, cuando Asturias no le ha visto aún cortar una cinta en la misma vía.
En los últimos tiempos, el ministro se pronunciaba a favor de mantener el ritmo del AVE gallego y alude a un supuesto pacto oculto entre el PP y CiU para frenarlo. Frente a esta estrategia y en declaraciones a Onda Cero, Álvarez-Cascos aseguró ayer que «aquí en Asturias tenemos la evidencia de que quien habla de acelerar y mantener el ritmo del AVE gallego es el ministro que tiene paralizado el AVE asturiano».
«Nadie reivindica el AVE asturiano», estima el presidente autonómico para quien el Principado se juega en las elecciones generales del 20 de noviembre «que Asturias no sea ni más, ni menos, sino igual que los demás».
Así, reivindicó que las principales infraestructuras pendientes de finalizar en la región como la alta velocidad ferroviaria, la autovía del Cantábrico (A-8) o la del interior (A-64) «vuelvan a ser atendidas como lo fueron hasta el año 2004» por quienes tuvieron responsabilidades de gobierno en aquella etapa. De cara a estos comicios apuntó que «Asturias y España necesitan el cambio» y que, en el caso del Principado, esta comunidad «se juega» seguir «con la exclusión que ha vivido estos años o en primera línea del interés general».
Por otra parte, el jefe del Ejecutivo se refirió a la próxima celebración del Día de Asturias el 8 de septiembre, la primera desde su llegada al poder y que tendrá como escenario el concejo de Amieva, una festividad que será «más austera en la parte festiva y lúdica».
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