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JUAN NEIRA
Viernes, 26 de agosto 2011, 04:36
La Consejería de Hacienda y Sector Público ha cambiado el plan de inspección financiera de las sociedades participadas por el Principado, de modo que serán diecisiete las sociedades y organismos públicos que podrán ser auditados por el Gobierno regional, mientras que hasta ahora sólo eran tres.
La capacidad de fiscalizar las cuentas de entes públicos cobra más importancia política cuando se produce un cambio de Gobierno, y más aún cuando la alternancia tiene lugar después de estar muchos años en el poder un mismo partido. Salvo en una legislatura, desde el inicio de la etapa autonómica los socialistas han ocupado siempre el Ejecutivo y en los tres últimos mandatos con el mismo presidente. Es natural que el Principado quiera aumentar el control financiero para tener un conocimiento cabal de las sociedades en las que tiene intereses. Las discusiones habidas en otras comunidades sobre el estado de las cuentas muestran hasta qué punto es pertinente un examen minucioso de los entes participados por el Principado.
Aunque la oposición acusa al Principado de lentitud a la hora de ponerse a gobernar, aún hay otro proceso que va más despacio: la renovación de los órganos directivos en sociedades, entes, empresas y organismos autónomos. La casuística es amplia y heterogénea, pero hay entes que dependen de la Junta General del Principado, respondiendo su composición a la representación parlamentaria del anterior mandato. Cuando se lleve a cabo la renovación, es probable que el Gobierno tenga una participación minoritaria en los órganos de dirección, quedando la oposición con la representación mayoritaria. Sería muy interesante poder auditar esas sociedades. En la campaña electoral se decía que en caso de cambio de Gobierno había que «mirar lo que hay debajo de las alfombras». Precisamente para eso se hace una auditoría.
La Sindicatura de Cuentas es una de las instituciones pendientes de renovación. No creo que vaya a ser fácil cambiar a los tres síndicos. Las mismas alianzas contra natura que hemos visto para renovar la Mesa de la Junta General pueden repetirse en la Sindicatura. En sólo cinco años de andadura, el prestigio de esta institución está por los suelos. Razón de más para que el propio Principado pueda chequear las sociedades en que participa.
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