Libertad de elección: cirugía o matasanos

Carmen Moriyón ha vuelto a dar un nuevo ejemplo a la sociedad. Otro gran ejemplo. Apenas hace unos meses los gijoneses se sorprendían, para bien, de que una doctora consagrada en la lucha contra el cáncer de mama se incorporase a la política para, desde el Ayuntamiento, tratar de aplicar su sentido común y su experiencia en la solución de los grandes problemas de los gijoneses. El sábado, EL COMERCIO desvelaba la intención de nuestra alcaldesa de utilizar unas horas mensuales de su tiempo libre a operar manteniendo, de esta forma, contacto con el mundillo quirúrgico en el que se ha forjado un acreditado prestigio y al que, sin duda, volverá una vez finalizado su periplo temporal por la cosa pública.

Gran revuelo. Casi convulsión, a lo que se ve. A la oposición no le agrada que la alcaldesa dedique una parte de su tiempo a operar, pero se confunden: Moriyón no va a reconvertir el Salón de Plenos en un quirófano, ni transformará el primer despacho municipal en consulta médica para diagnosticar cuadros clínicos. Tampoco va a dejar de presidir una sesión plenaria, una comisión o a desatender sus múltiples obligaciones como alcaldesa para marcharse al Hospital de Begoña.

En realidad, y para entendernos, lo que no le gusta a la oposición es que Carmen Moriyón haya truncado 32 años de poder socialista. Todavía se preguntan algunos cómo fue posible que el 'cordón sanitario' lo haya roto, precisamente, una cirujana.

En una ciudad donde la izquierda divina -de los no menos divinos de la izquierda- se había anclado y gobernaba cual cortijo particular (y endeudamiento ajeno), molesta muchísimo que una mujer al frente de la candidatura de Foro Asturias esté proporcionando aire fresco al Consistorio y exhiba sin estridencias, pero con convicción, un nuevo estilo de hacer las cosas.

Molesta tanto que hasta le disputan el protocolo o, suprimidos quirúrgicamente los palcos y pases de favor, le recriminan que -¡dónde se ha visto!- pague de su bolsillo, como todos los años, el abono del tendido 7 de El Bibio.

¿Cómo no les va a molestar también que la doctora Moriyón se vista ocasionalmente de verde, enfunde los guantes, tome el bisturí y, para colmo, proclame a los cuatro vientos que en su tiempo libre, sin cobrar un céntimo, ella decide lo que quiere hacer?

Aquí se estilaba justamente lo contrario. Dedicación exclusiva; algunos plurisueldos, mucho más exclusivos aún. Políticos sin profesión travestidos en políticos profesionales, apalancándose en las direcciones de sus organizaciones para asegurarse un buen puesto en la lista y evitar quedarse en la calle, a dos velas.

De ahí que haya personas en la oposición que no entenderán nunca que los concejales gijoneses de Foro Asturias tengan asumido desde el minuto uno que el paso por la política es de 'ida y vuelta', siempre a merced de la decisión de los electores.

¿Como iban a entender, además, que les queden ganas y humor para utilizar altruistamente su tiempo libre, tal y como hace la alcaldesa en beneficio de personas en un trance vital?

A Carmen Moriyón, con su actitud, siempre le quedará la legítima satisfacción de haber iniciado en el Ayuntamiento de Gijón un tratamiento reparador con el que corregir paulatinamente el anquilosamiento que condenaba el funcionamiento municipal y limitado gravemente la marcha de la ciudad.

Por cierto, al que no le guste, siempre le cabe la democrática libertad para la elección de otro médico o, si lo prefiere, de cualquier matasanos, pero en Gijón y en Asturias, hay un decidido, constatable y creciente apoyo al cambio político y a las nuevas formas que practica Carmen Moriyón. Falta hacía.