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Sobrevivir a un infarto es más difícil en Asturias
Asturias

Sobrevivir a un infarto es más difícil en Asturias

El Principado está a la cola en la realización de angioplastias, una prueba que se usa para tratar infartos y que tiene una eficacia del 95%

LAURA FONSECA

Jueves, 28 de julio 2011, 04:40

Sobrevivir a un infarto es más difícil en Asturias que en el resto de comunidades. El Principado figura a la cola en la realización de angioplastias primarias, una prueba que se emplea para tratar infartos agudos de miocardio y que aplicada adecuadamente puede dejar en los enfermos tasas de supervivencia de hasta el 95%. El caso es que Asturias vuelve a situarse, al igual que en 2009, como la autonomía que practica menos técnicas coronarias de rescate de alta efectividad. La advertencia, que suena dura, fue realizada por una autoridad más que competente como es la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Su presidente, Carlos Macaya, y el secretario de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Unidades Coronarias, Antonio Fernández Ortiz, presentaron ayer los resultados de un estudio donde se indica que las tasas de supervivencia al infarto en España varían en función del lugar de residencia del enfermo. Desafortudamente, los autores del informe han llegado a la conclusión de que esa variabilidad guarda relación directa con la atención recibida. Incluso van más allá y afirman que las diferencias están íntimamente vinculadas con el modelo sanitario empleado en las comunidades para el abordaje coronario.

Antes de las dos horas

Los navarros, gallegos, murcianos y vascos son los que gozan de una mayor probabilidad de salir airosos de un infarto. No así los asturianos que junto a los aragoneses están en el furgón de cola de las angioplastias primarias. En 2010, el Principado practicó 65 pruebas de este tipo por millón de habitantes. Navarra, que figura a la cabeza, tiene apuntadas 427 (siete veces más). Dicha técnica, apuntan, es la más recomendada para tratar el infarto, siempre que se realice en condiciones adecuadas y con rapidez, entre los 90 y los 120 minutos desde que el paciente sufre el ataque. Ese es el tiempo del que disponen los médicos para intentar evitar que la obstrucción se expanda y afecte a una mayor porción de corazón. Por ello, adquiere tanta relevancia el proyecto Stent for Life, ideado por la European Society of Cardiology. El método pretende que la angioplastia primaria (introducir un balón para dilatar una arteria ocluida con el fin de restaurar el flujo sanguíneo) llegue al mayor número de pacientes mediante la implantación de programas que aceleren la asistencia al enfermo. «Si el enfermo llega a tiempo a una unidad de hemodinámica sus posibilidades de supervivencia son del 95%», precisaron ambos cardiólogos. Por el contrario, si no se dispone de esa técnica, la persona infartada deberá ser tratada con fibrinólisis (administración intravenosa de trombolíticos), reduciendo así la eficacia un 35% y aumentando el riesgo de hemorragias importantes.

«Los motivos por los que no se lleva a cabo esta fórmula, la de la angioplastia, no son económicos sino más bien organizativos», alerta la SEC. Asturias dispone de dos servicios de hemodinámica donde practicar esta prueba. Uno en el HUCA, que funcionó en solitario durante décadas, y el segundo que se acaba de abrir en Cabueñes, en Gijón. La apertura de esta nueva sala no contó con todos los beneplácitos, sobre todo a la hora de implantar el sistema de guardias que algunos querían centralizar en Oviedo. Sin embargo, tras su entrada en funcionamiento a principios de mes, el Sespa aprovechó para implantar el 'código corazón' en Asturias, un sistema de atención a los infartos que intenta reproducir el modelo recomendado por la SEC.

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