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RAFA BALBUENA
Viernes, 22 de julio 2011, 10:22
La Cumbre Iberoamericana de la Creatividad congregó ayer en el Niemeyer a nueve ponentes de relieve en materia audiovisual y cultural, en lo que constituyó una nueva cita internacional donde la ONU y el centro cultural avilesino unieron esfuerzos de modo conjunto. Un encuentro en el que, si bien se constató que problemas como el narcotráfico, el crimen organizado, la violencia contra las mujeres o la falta de respeto al medioambiente no han sido ni con mucho erradicados, sí cabe ser optimista en aras de un futuro libre de estas lacras.
Ese fue el mensaje que se deriva de las distintas ponencias, y en el que insistieron tanto el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon y su homólogo Iberoamericano, Enrique Iglesias en la apertura de la cumbre. Ambos dignatarios intervinieron por videoconferencia, poniendo de manifiesto Moon que «damos así un paso más de amistad con el Niemeyer, con Avilés y con España», a la par que «abrimos la labor audiovisual de la ONU a los países de habla hispana y portuguesa». Iglesias, por su parte, celebró la cita como «un referente más en el hermanamiento secular entre Iberoamérica y España».
La apertura fue protagonizada en la propia cúpula del complejo por la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela, junto a Natalio Grueso, director del Niemeyer y Kiyo Akasaka, secretario general adjunto de la ONU para la Comunicación. Los tres ponderaron el encuentro como «un honor para todos nosotros», añadiendo Akasaka que se trataba de «una oportunidad única para debatir tres temas que preocupan a toda la Humanidad». Tras los aplausos, comenzó la ronda de ponencias.
Igualdad de género y derechos de la mujeres
«Queda por hacer, pero estamos en el camino»
El primer encuentro estuvo protagonizado por tres mujeres que manifestaron desde el principio una postura clara al respecto de este tema. La secretaria de infancia de la ONU Radhka Coomaraswamy, de Sri Lanka, la cineasta colombiana Paola Mendoza y la periodista española Teresa Viejo tomaron el pulso a la condición femenina global, haciendo hincapié en países del tercer mundo, sin olvidar que en Occidente la situación «sigue mostrando rasgos anacrónicos». En este sentido, Coomaraswamy habló de su experiencia en el Uganda, donde su labor humanitaria «me llevó a ver de cerca el caso de una niña de once años reclutada para la guerrilla». En unas condiciones que definió de «atroces», fue rescatada y llevada al hospital que la organización tiene en Bukavu «donde hemos recabado imágenes que hablan por sí solas y que dan lugar a la esperanza», señaló la experta en conflictos armados.
Mendoza hizo lo propio sobre otra adolescente, en esta caso una colombiana llamada Francia, que a base de esfuerzos familiares y personales «se ha convertido hoy en abogada, luchando por los derechos de las víctimas de las FARC y los paramilitares», señaló con orgullo. Y es que haber hecho un documental sobre esta joven «ha sido una experiencia intensa», indicó.
Viejo, por su parte, manifestó la repercusión de hechos como la muerte en 2006 de la española Ana Orantes, quemada viva por su expareja tras aparecer «radiante y liberada» en un programa de televisión. La reacción mediática que generó este caso entre hombres y mujeres, «sin distingos de sexo» ha supuesto «que todos estemos más sensibilizados contra estas atrocidades, dando paso una esperanza de futuro optimista», concluyeron.
Sostenibilidad medioambiental
Más presupuesto para un futuro difícil
Tras un breve ágape, los actos continuaron con la charla pronunciada por el actor argentino Osvaldo Laport, la directora de cine brasileña Denise Zmekhol, la abogada chilena Marcela Main y el diplomático egipcio Maher Nasser. Hablando como partida del tema de asuntos como la deforestación del Congo o el terremoto de Chile, el panorama de sostenibilidad «tiene un problema, ya que se estima que en 2050 la población se habrá duplicado, pero los recursos naturales habrán menguado a en un 50 por ciento», señaló Main. Zmekhol, por su parte, habló de cómo las tribus amazónicas « se han 'occidentalizado' y perdido su esencia a raíz de la eliminación se selva para hacer autopistas». Un breve recuerdo al activista Chico Mendes, asesinado en 1988, cerró la ponencia y los actos matinales de la cita.
Lucha contra el crimen, la drogas y sus efectos
«Las policías del mundo deben coordinarse»
La última de las charlas fue la que más interés suscitó en toda la jornada. Iniciada por la tarde y protagonizada por la policía sueca de Naciones Unidas Anne Marie Orier, el jefe de la UNODC (oficina de la ONU para drogas y delitos) Amado de Andrés, la actriz estadounidense Mira Sorvino y el arquitecto Sebastián Marroquín, hijo del 'capo' Pablo Escobar, el debate estuvo lleno de datos sobre drogadicción, narcotráfico y hipótesis de futuro para atajar estas dos problemáticas.
«Quiero poner de manifiesto que la situación del tráfico de drogas está muy vinculado a todo tipo de redes delictivas, que van del tráfico de humanos y de armas a la prostitución», señaló De Andrés como primer argumento. Mira Sorvino apuntaló este aserto mostrando conversaciones capturadas en internet con proxenetas españoles y americanos «que ponen claro que estos mundos están muy ligados y se cruzan en términos económicos y de incidencia delictiva». Orlier constató que «las policías del mundo deben unirse y cooperar para estrechar el cerco a estas redes globales», mientras que Marroquín avisó que «los bajos sueldos de muchos agentes del Tercer Mundo les llevan a caer en la corrupción».
La jornada concluyó con la expresión común de que los medios audiovisuales y su creatividad aplicada «deben también coordinarse para lograr un mundo más justo».
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