Corazón abierto

Es una buena noticia que la unidad de hemodinámica entre en servicio. Y por cierto, más o menos, en el tiempo establecido. Había ciertas dudas sobre si llegaría a estar operativa a finales de junio tal y como se había prometido, pero, en definitiva, ya está aquí.

Sin duda, estamos ante un equipamiento esperado por la ciudadanía y que, claro está, redundará en una mejor atención coronaria.

Se acabaron los viajes y traslados al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo, se acabaron (o por lo menos serán más reducidas, digo yo) las interminables listas de espera.

A partir de ya, un gijonés o cualquier paciente del Área V, va poder ser atendido in situ por una de las áreas del corazón más avanzadas de Europa. Ahí están para corroborarlo los 18 millones de euros que se han invertido en toda la reforma y ampliación del hospital de Cabueñes.

Como muestra, fíjense que sólo el equipo tecnológico de la zona coronaria y vascular que va a entrar en funcionamiento la próxima semana costó, ojo, 6 millones de euros. Cifras mareantes que, a la postre, sirven para salvar vidas.

Desde luego, en estos tiempos de presupuestos menguantes pocas más descentralizaciones como ésta veremos.

Cuando se inaugure el nuevo HUCA - todo un monstruo sanitario- los servicios acabarán concentrándose allí. Va a ser muy difícil para la Administración regional mantener, por un lado un hospital de semejante nivel, y por otro una red tan dispersa como la que disponemos.

Y es que, con estas nuevas áreas que se han creado en el Hospital de Cabueñes, se cierra un ciclo. Todo lo que se implante en la sanidad asturiana durante los próximos años, tendrá que pasar a la fuerza por el HUCA.

No existe otra manera de rentabilizar los 300 millones de euros -ni me atrevo a pasarlo a pesetas- que va a costar al final el hospital.