Borrar
Libia en versión original
OPINIÓN ARTICULOS

Libia en versión original

La génesis de todo está en la tradicional existencia del Sultanato de Darna, tierra natal del rey Idris, al Este de Libia, que Anuar Al Sadat intentó anexionar para Egipto

XOSÉ CURRÁS

Martes, 7 de junio 2011, 05:27

C ualquier persona que se precie de estar informada, tendrá serias dificultades a la hora de conocer, por los Media occidentales, lo que está sucediendo desde febrero en Libia, siempre que no se preocupe de usar los alternativos que existen en el mercado y en la red. Una y otra vez, es retratado Muammar Al Gaddafi como el dictador que masacra al pueblo, odiado por la práctica totalidad de la población. Esta visión, absolutamente opuesta a la realidad, es divulgada, a mayor gloria del dólar, sin que nada ni nadie se oponga.

La génesis de todo está en la tradicional existencia del Sultanato de Darna, tierra natal del rey Idris, al Este de Libia, que Anuar Al Sadat intentó resucitar y anexionar para Egipto hace unos 35 años y más tarde, en los años 80 y 90, intentaron independizar Reagan y Francia como parte de su estrategia durante los bombardeos del 1986 y la guerra del Chad, respectivamente. Cíclicamente las revueltas se sucedieron en la Cirenaica, pero siempre terminaron de forma más o menos discreta, sin mayores problemas. Desde hace un año, aproximadamente, está en construcción el segundo Río Verde artificial, conducción de agua desde el Sur de Libia a Bengazi, que terminará con sus problemas de abastecimiento. Y en esa región se disfrutaba de la misma calidad de vida que en el resto de país: sanidad gratuita, escuela y universidad gratuitas, sueldo estatal para todos los mayores de 18 años, alimentos subvencionados, créditos blandos, sin interés, para vivienda, transportes -pocos, es verdad-, créditos sin interés para vehículos cuyo precio esta subvencionado, etcétera.

La estructura política libia está constituida por un cuerpo legislativo de tipo asambleario nacido del congreso de los comités populares, cuyo origen son los comites populares de barrios, constituido por unos 3.000 miembros, de entre los cuales se elige el cuerpo ejecutivo (Gobierno), siendo este congreso el que posee los poderes legislativos. El poder ejecutivo se encuentra en manos del Gobierno siguiendo las directrices del congreso de los comités populares. El poder judicial, con fuerte inspiración británica, esta representado por el Tribunal Supremo.

Paralelamente a esta estructura de tipo más o menos occidental, Libia mantiene la presencia del derecho de costumbre representado por la asamblea de tribus y, en casos especialmente graves, como el actual, por la asamblea de clanes (familias) tribales, que se reunió los pasados 4, 5 y 6 de mayo pasados por tercera vez desde 1911 (para coordinar la lucha contra la invasión italiana) y 1946 (al final de la II Guerra Mundial), nombrándose, de forma excepcional, un comité permanente mientras duren los ataques de la OTAN y una comisión para la investigación de todos los crímenes cometidos por ambos bandos, durante la revuelta actual. Esta Asamblea tiene poder para adoptar decisiones negociadas que se imponen a cualquier ley, decisión gubernamental o sentencia judicial existente, no teniendo, a priori, ninguna limitación en sus atribuciones, al ser expresión directa de todo el pueblo de Libia al que representa de forma directa, al ser elegidos sus miembros directamente por las tribus. Mas el Gobierno Libio, en el que Muammar Al Gaddafi no tiene poder ejecutivo alguno, cometió el error de comenzar un cambio económico profundo: olvidar el dólar en las transacciones comerciales internacionales y trabajar por una moneda pan-africana guiada por el patrón oro: el dinar-oro. Nicolás Sarkozy, hace tiempo, declaró que «Libia amenaza a la estabilidad financiera de la humanidad». Libia comenzó el camino que, años antes, preparó Saddam Hussein: usar el euro y olvidarse de la moneda americana. O como quieren hacer los paises del ALBA, en América, con la creación del sucre, también vinculado al oro. O China, con el yuán-oro.

En la misma línea estaría la maniobra contra Dominique Strauss-Kahn, prosionista convencido, que propugnaba menos dependencia artificial del dólar como moneda de cambio internacional y la creación de una moneda racional, de bases físicas y económicas reales. Pero hay un país que tiene la 'fotocopiadora' de billetes verdes y es muy poderoso . Y DSK tiene el precedente en casa: De Gaulle dimitió después de una tentativa semejante en 1969, previa una revuelta de 'indignados' (Mayo del 68) que no removió ninguna estructura social ni económica de Francia. El golpe de estado actual contra el sistema libio viene precedido de deserciones y preparación de lo que está pasando, desde octubre de 2010. Si examinamos las imágenes, las revueltas, por llamarle algo, comenzaron en Bengazi casi sin manifestantes. Había muchos más a favor del líder que en contra. Mas un grupo preparado de miembros de Al Qaida, entre los que destaca Abdul Hakim Alhsadi, detenido en Pakistán, interrogado por los EUA y encarcelado en Guantánamo, con tres años en las cárceles libias como terrorista. La resolución 1973 del Consejo de Seguridad para 'proteger de Gaddafi a los civiles libios' no se sostiene en la realidad. El Gobierno libio no bombardeó más que los polvorines que estaban siendo saqueados por los terroristas de Al Qaida junto a mercenarios de Sudán, Eritrea y Egipto.

La evidencia de los no bombardeos, si puede decirse así, está en las declaraciones del Gobierno ruso, que señala que sus satélites no los detectaron en los días, horas y lugares que la OTAN dice que se hicieron. Y la comisión enviada por la ONU no emitió el correspondiente informe previo y obligatorio antes de adoptar la resolución al no encontrar pruebas de dichos actos.

Y así comenzó la actual agresión al pueblo libio por los países de la OTAN: bombardean campos de cultivos con bombas de uranio de baja radiación, silos de grano, traídas de agua, aeropuertos (excepto el de Bengazi, por donde surten de armas a los terroristas), escuelas, hospitales, oficinas gubernamentales diversas, viviendas, barcos de pesca, plazas públicas, proveen de armas a los terroristas de Al Qaida que intentan un golpe de estado al servicio de Occidente, que aprueba que masacren a los lealistas en Bengazi, Darna o Tubruc, violen mujeres, maten niños y, sobre todo, se salten a la torera la resolución 1.973... Para proteger al pueblo libio de unos libios que quieren vender su país, matan libios: no es un juego de palabras, es la triste realidad.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Libia en versión original