

Secciones
Servicios
Destacamos
JAVIER BARRIO
Lunes, 6 de junio 2011, 10:03
«Fue duro, y más tras ver lo que pasó, pero las cosas sucedieron así y no hay que darle más vueltas». La sonrisa permanente y adolescente de Santi Cazorla (Lugo de Llanera, 1984), que firmó dos goles en el 'homenaje' que se dio España el sábado ante Estados Unidos (0-4), se apagó de forma momentánea a principios de 2010, cuando no le quedó otro remedio que pasar por el quirófano.
Allí, en el Hospital Universitari Dexeus, en Barcelona, postrado en su cama, comenzó a intuir que el pago de aquella dura intervención, motivada por una latosa hernia discal localizada en su espalda que atenazaba y desdibujaba su alegre fútbol desde hacía ya varios meses, podría ser la ausencia en el Mundial de Sudáfrica. Y no se equivocó. Pero, quizá, lo que no se imaginaba es que aquella aventura de 'La Roja' en el país de Nelson Mandela, que comenzó con las elevadas dosis de ilusión de tantas otras veces, iba a desembocar, esta vez sí, en el mayor éxito de la selección.
Meses antes ya había tenido que sobreponerse a una fractura de peroné. Pero aquella inoportuna dolencia lumbar, agobiante hasta el punto de que en ocasiones le costaba, simplemente, sostenerse de pie, le dejó totalmente sediento y en medio de la nada. Tan cerca de un mundial, la competición por la que suspiran todos los futbolistas, y, a la vez, tan lejos.
Pero el fútbol tiende a ser generoso con quien lo merece. Y Cazorla, aunque era consciente de que, en condiciones normales, hubiera tenido hueco en aquella foto de plantilla, no se dejó envolver en el cómodo abrigo de la autocompasión. Recuperó el tiempo perdido después de superar el pertinente tratamiento de recuperación y volvió a llamar la atención de Vicente del Bosque con el objetivo de cobrar la cuenta que el fútbol tiene pendiente con él.
Los dos goles que firmó el sábado en el Gillette Stadium de Fóxboro (Massachusetts), hogar de los Patriots de la NFL y de los 'Revs' de la MLS, y donde se disputaron seis encuentros de aquel inolvidable Mundial de 1994, son un buen comienzo. Confirman la recuperación total del joven futbolista del Villarreal.
Dedicados a su hijo
En las celebraciones de ambos tantos -que tuvieron como destinatario, con sendos besos en su muñeca derecha, a su hijo Enzo- sonrió menos de lo habitual. Llevaba mucha rabia contenida en su interior. Y la expulsó con un excepcional partido en el que 'La Roja' agradeció la marcha de más que el extremo de Lugo de Llanera transmite a su fútbol. Aunque su protagonismo se vio un poco reducido por la soberbia actuación del mágico David Silva y, sobre todo, por las secuelas que han quedado tras el 'maratón' de clásicos que siguen coleando en el ambiente. «Se ha demostrado que el grupo sigue unido y los que jugamos menos intentamos sumar al equipo. Estoy muy satisfecho porque con España siempre hay que darlo todo. Jugar aquí es un privilegio», se limitó a comentar. Sin hacer ruido.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.