Secciones
Servicios
Destacamos
PACHÉ MERAYO
Jueves, 26 de mayo 2011, 05:04
Tras el importante parón de las investigaciones y la campaña de excavaciones en la cueva de Piloña, que vio mermado sensiblemente su calendario, el Gobierno del Principado vuelve a poner la mirada, económicamente hablando, en el proyecto de El Sidrón. Ayer mismo el Consejo de Gobierno aprobó una nueva inyección presupuestaria de 360.000 euros, con la que queda financiado un convenio de carácter plurianual que garantizará los estudios al menos durante cuatro años.
Dicho acuerdo, que establece únicamente la aportación del Principado, se enmarca en las relaciones con la Universidad de Oviedo y en los ámbitos de «la arqueología, la geología, la antropología y la genética». Entre las condiciones del mismo está el mantenimiento de la dirección de las excavaciones arqueológicas por parte del profesor Marco de la Rasilla Vives, y el hecho de que los estudios arqueológicos deberán ser efectuados por técnicos del Área de Prehistoria, del Departamento de Historia de la Universidad de Oviedo, del que es titular el mentado De la Rasilla.
En dichos estudios están directamente implicados varios especialistas en paleontología y biogenética del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), caso de Antonio Rosas y Carlos Lalueza, que siempre han colaborado estrechamente con De la Rasilla y su antecesor el fallecido Javier Fortea.
El yacimiento asturiano, en el que se realizan excavaciones desde 2000, ha permitido recuperar más de 1.600 restos óseos de, al menos, diez individuos neandertales.
Cabe destacar que se trata del único de este tipo que todavía se halla en curso de excavación y ha permitido recuperar la mayor colección de restos neandertales de la Península Ibérica.
El yacimiento prehistórico que alberga la oquedad de EL Sidrón contiene además algunas pinturas rupestres (varios signos de color rojo), pero se ha convertido en un hito, por la información de trascendencia histórica que han ido arrojando los restos óseos de los individuos neandertales hallados en su interior.
Ubicada en el concejo de Piloña, en Vallobal, cerca del pueblo de Borines, su hallazgo se remonta a 1994, cuando Carlos Armando, Juan José y Francisco Javier del Río, espeleólogos gijoneses que exploraban una de las galerías de la cueva encontraron lo que el tiempo ha valorado como un auténtico tesoro. Hasta la fecha, la cueva de El Sidrón ha aportado más de 1.500 fragmentos óseos, entre huesos y dientes, además de industria lítica y restos de animales. Sin embargo, no son sólo los restos sumados lo que le confiere importancia capital, sino los datos que los investigadores que han trabajado en ellos han acabado logrando.
Quizá el más importante ha tenido que ver con la participación en la consolidación del primer borrador del genoma neandertal.
El equipo de El Sidrón participó, junto a un amplio grupo internacional, coordinado por el gran paleogenetista Svante Pääbo del Instituto de Antropología Evolutiva del Max Planck, en Alemania, en la publicación de dicho importante e histórico documento, que fue considerado uno de los mayores logros científicos en el estudio de la evolución humana.
También fue aplaudido en el seno del proyecto Genoma Neandertal la secuenciación de genes nucleares.
Las primeras extracciones de ADN fósil neandertal, al final de la década de los 90, fueron de ADN mitocondrial logrado, precisamente, en El Sidrón.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.