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M. F. ANTUÑA
Viernes, 20 de mayo 2011, 05:37
Es una actriz que nació hombre en Bélgica en 1948 y se convirtió en mujer en Marruecos en 1975, es además la ideóloga y promotora de 'Gardenia', el espectáculo que llega mañana al Teatro Jovellanos (20.30 horas, 12, 15 y 18 euros) de la mano de la compañía belga Les Ballets C de la B. Es teatro por encima de todo. Tiene algo de cabaret. Pero sobre todo es verdad. Porque sus protagonistas revelan detalles de su propias vidas al subirse a las tablas. Son actores amateur, travestidos retirados que vuelven a escena para contar una historia con origen español y aliñada continuamente por la música.
-¿Por qué un espectáculo basado en la escena travesti?
-Fue por un documental titulado 'Yo soy así', de la holandesa Sonia Herman. Es una película sobre el cierre de un cabaret travesti barcelonés, La Bodega Bohemia. Cuando lo vi pensé: «Oh, esto es muy teatral, esto es un espectáculo». Entonces hablé con Alain Platel hace cinco años y él dijo de acuerdo, lo haremos.
-¿Y qué pasó cuando le planteó a Alain Platel y Frank Van Laecke hacer un espectáculo con actores no profesionales y todos ellos mayores de 55 años?
-Ya había trabajado con anterioridad con Platel, de modo que le planteé mi idea y me dio el OK, pero siempre y cuando yo me encargara de encontrar el reparto. Tenía claro que no quería actores, porque los actores pueden hacer un papel, pero no era eso lo que buscaba, quería que fueran lo más normales posibles. Llamé a un par de amigos míos de unos sesenta años que habían trabajado hace ya algún tiempo como transformistas pero tenían otra carrera profesional y están retirados y les pregunté si querían participar. Se sorprendieron y me preguntaban «¿por qué? ¿por qué yo?» Yo les decía: «Ven y verás».
-¿Y qué fue lo que vieron?
-'Gardenia' habla de envejecer. En todas las ciudades las tiendas antiguas están cerrando porque todas las grandes marcas llegan y se instalan. Yo he viajado alrededor de todo el mundo y todas las calles son iguales, es aburridísimo. El show habla de eso, de que las cosas viejas se acaban, y eso es un poco 'Gardenia', el último show de un cabaret después de 40 años. Y habla de que los transformistas que actúan son mayores pero en cuanto se visten y se ponen la peluca se convierten en jóvenes y hermosos. Eso es lo que hacemos.
-¿Qué parte de 'Gardenia' es ficción y qué parte es realidad?
-Todo es espectáculo. A veces tenemos conversaciones con el público después del show (en Gijón también lo habrá) y muchas personas piensan que todo es verdad. Siempre les decimos, todo es mentira, cuando acaba el espectáculo termina todo para los intérpretes. Sí que es cierto que nosotros trabajamos con la improvisación y a veces tenemos que hablar de nuestra vida privada, pero es espectáculo.
-Creo que hablará en español en Gijón.
-Haré en español la presentación de los artistas para informar a la gente de que después de 40 años es la última actuación del cabaret, el resto del espectáculo es cuestión de mirar y disfrutar de la música.
-¿Y qué parte es teatro y qué parte cabaret?
-Es todo teatro. No es en absoluto un espectáculo transexual.
-Es difícil de catalogar, ¿qué es exactamente 'Gardenia' para usted?
-Para mí es... A veces pienso que podría ser una especie de mundo perfecto, porque en 'Gardenia' no hay guerra, no hay odio, no hay hambre, no hay celos. Es un mundo bonito en el que existe la fe.
-Hábleme sobre los ensayos, la creación del show.
-Le presenté el reparto a Alain Platel, un hombre acostumbrado a trabajar con bailarines jóvenes, guapos y muy bien entrenados, y entonces aparecí con estos actores todos mayores. Él dijo: «Oh, dios mío, ¿qué puedo hacer?». Así empezó todo, pero tengo que decir después de un mes el show estaba preparado.
-Vaya que fue como la seda, ¿pero cambió su idea inicial del espectáculo respecto al resultado final?
-En realidad yo no tenía una idea. Este espectáculo tiene dos grandes directores con muchísima fantasía y estaba en sus manos decidir lo que querían hacer. Pero parece que el resultado ha sido bueno. Llevamos 230 representaciones. Son muchísimas. Tengo que acabar con 'Gardenia' y volver a mis monólogos. Creo que terminaremos el próximo año.
-Vivió en Barcelona. ¿Qué recuerda de aquellos tiempos?
-Oh, era joven y guapa y recorrí toda España. Fue hace tanto tiempo...
-Usted cambió de sexo en 1975. Me gustaría saber cómo ha cambiado la visión social de la transexualidad.
-Muchísimo. En mis tiempos era un tema tabú, no se podía hablar de ella, y ahora todo ha cambiado. Pienso que en España quizá se trataba de forma más abierta, pero en mi ciudad, Gante, no era así. Ahora en cambio todo es diferente y Gante se ha convertido en un gran centro mundial para la transexualidad.
-Un par de razones para convencer al público para ver 'Gardenia'.
-Es un espectáculo auténtico, muy cercano. Eso es lo que el público nos dice, y que en escena se ve belleza, no física, pero sí buenas personas. Si quieren ver belleza, vengan a ver 'Gardenia'.
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