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R. M.
Jueves, 12 de mayo 2011, 05:16
El magistrado-juez Ángel Sorando Pinilla lo considera un hecho probado: al saberse investigada, María Jesús Otero intentó «disfrazar los sobornos como pagos». Los copartícipes del delito serían los empresarios de Igrafo y Almacenes Pumarín, que hacían continuos ingresos en las cuentas de la directora general y de las empresas de las que formalmente se desvinculó para colocar al frente a familiares directos.
El instructor apoya esta conclusión en varias escuchas. Las primeras son del 1 de julio de 2010, cuando una directora de sucursal de Cajastur avisa a Otero de que están investigando sus cuentas. La directora general tratará por varios medios de averiguar por qué motivos se la investiga, planteando varias hipótesis. En un momento dado, decide que «por problemas anteriores, no quiero meter al Principado en líos, hablaré con José Luis y pediré la jubilación inmediatamente». Cuando otra persona de Cajastur le lee las cuentas que están siendo investigadas y que los requerimientos parten del Juzgado de Instrucción número 4 de Gijón, Otero manifiesta que ya la tienen fiscalizada, «como a la Pantoja».
Para salir del entuerto, se entrevista con Víctor Muñiz, uno de los tres dueños de Comercial Asturiana de Papelería S.A. (Igrafo), a quien le pide un favor muy especial, tanto que el encuentro se celebra directamente, sin teléfonos. El asunto tratado podría haber quedado al margen de la investigación de no ser porque el 16 de julio, el empresario lo comenta con uno de sus socios. El interlocutor le indica que «es una exageración lo que pretende hacer, porque hacer un contrato con fecha 2006 y empezar a cobrar en el 2000, no se lo cree nadie». Muñiz le pide que lo estudie, que quizás puedan utilizar unas facturas que le hicieron en 2008 y 2007 para Alvaroter SL, una sociedad de Otero, a cuenta de unas obras. Muñiz indica que urge ahora hacer la factura y que luego Otero ingresará efectivamente «lo que cada año pueda». El socio indica que el apaño no se puede hacer sin conocer qué están investigando, «que vestir una casa con fecha de ahora, siendo una obra de hace cinco años, no se lo cree nadie (...) que eso no encaja (...) que el paquete es para ella por querer defraudar a Hacienda y (...) que aunque intenten ellos hacer algo, que los cazan, que además de pagar ellos, ella puede ir al talego igual».
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