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MARCO MENÉNDEZ
Domingo, 24 de abril 2011, 12:23
Los organizadores del certamen Primer Sidre l'Añu han visto cómo sus previsiones se han visto ampliamente superadas. En sólo dos días agotaron los 10.000 litros de sidra (unas 15.000 botellas) que tenían preparadas para los cuatro días del festival. Para seguir sirviendo la tradicional bebida a los asistentes al recinto del Pueblo de Asturias, los organizadores se tuvieron que poner en contacto con los más de 80 llagares que participan en el certamen para que enviaran más cajas y poder así afrontar con garantías los dos últimos días de actividad.
Según indicó Marcos Abel Fernández, uno de los responsables de la organización, «vino muchísima gente, con un ambiente muy guapo, la gente comiendo tortillas y bebiendo sidra. A las diez de la noche apagamos las luces y toda la gente se marchó sin problemas».
También hubo una gran asistencia de personas a las catas de sidra. Sólo se permite el acceso a 25 personas y se registraron largas colas. Fernández indicó que «por las mañanas vienen, sobre todo, familias, mientras que por la tarde ya se trata de gente que viene a beber». Tal es así que el recinto estuvo prácticamente lleno durante los dos primeros días del certamen, con una afluencia total de más de 5.000 personas. Lo curioso es que hubo muchos turistas, sobre todo catalanes y vascos, pero también hubo «muchísimos alemanes». Y es que tal vez influyó el crucero que pasó la jornada del viernes en Gijón.
Pero quienes se acerquen al pueblo de Asturias no encontrarán sólo sidra, sino que podrá disfrutar de la música asturiana, la gastronomía y con varios puestos de venta de libros y cedés musicales con lo último de la cultura del Principado.
Bolos, bailes, catas guiadas, exposiciones de fotografía, presentaciones de libros, exhibiciones de artesanía y un largo etcétera de actividades hacen que el visitante tenga muchas cosas para elegir y con las que disfrutar una agradable jornada.
En la jornada de ayer fueron los hermanos Carlos y José Argüelles los encargados de mostrar a los visitantes cómo se construyen los toneles de sidra. Ambos regentan en Villaviciosa una empresa de tonelería y carpintería artesana. Los hermanos construyeron en el prado central del certamen un tonel de tronco cónico, es decir, que no es abombado, sino recto. Carlos Argüelles explica que «es un tonel que se queda de pie y hace bastante tiempo era el típico en la elaboración de la sidra. No lleva tantas vueltas como el tonel normal. Se utiliza en las bodegas que no son muy amplias y necesitan aprovechar más el espacio».
El pasado jueves, estos artesanos ya mostraron cómo se reparan los toneles y fueron muchos los visitantes que se acercaron para conocer la técnica y otras curiosidades de una técnica que cada vez se utiliza menos debido a la irrupción de los grandes depósitos de fibra y acero inoxidable, aunque Carlos Argüelles es más partidario del tonel de madera, porque «aporta a la sidra taninos y oxigenación. La sidra que se hace en los depósitos más modernos tiene más burbujas».
Desde que estos profesionales cogen la madera hasta que terminan un tonel, por ejemplo, de unos 16.000 litros de capacidad, pueden pasar unos cuatro días y siempre los construyen con madera de roble o castaño; especialmente esta segunda, ya que «es más fácil de conseguir».
El negocio familiar se sustenta gracias a la carpintería artesanal, ya que con los toneles «trabajamos sobre todo la reparación y eso sólo se puede hacer tres o cuatro meses al año, cuando los lagares tienen los toneles vacíos».
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