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Domingo, 17 de abril 2011, 10:34
Gijón vierte al mar, en tiempo seco, ocho veces más contaminación de la permitida por la Unión Europea para las aguas costeras de sus países miembros. Una sentencia del Tribunal de Justicia de Luxemburgo acaba de condenar a España por la deficiente depuración de sus aguas residuales urbanas en 38 localidades desde 2001. Gijón figura en esa lista negra por la ausencia prolongada de un tratamiento completo para los vertidos de su cuenca Este, que afectan a una población equivalente a 150.000 habitantes.
La carga contaminante de este tipo de vertidos canalizados por la red de alcantarillado se mide por dos parámetros: DBO (Demanda Biológica de Oxígeno) -que mide la cantidad de materia susceptible de ser consumida u oxidada por medios biológicos de la muestra- y sólidos en suspensión. Pues bien, la Unión Europea establece en su directiva sobre la materia unos límites que no se pueden superar de 25 miligramos/litro de vertido en DBO y de 35 miligramos/litro en sólidos en suspensión.
Según explica la Confederación Hidrográfica del Cántábrico (CHC), en la actualidad las aguas negras de la zona Este de Gijón son vertidas al mar Cantábrico a través de un pretratamiento y un emisario submarino, el de Peñarrubia, que dan de media la presencia de unos niveles de 200 miligramos/litro en DBO y de 250 miligramos/litro en sólidos en suspensión. Si llueve, estas proporciones se diluyen y se rebaja la toxicidad. La cuenca Oeste sí cumple con los criterios de calidad de las aguas fijados en la normativa medioambiental europea desde la entrada en servicio en Aboño de La Reguerona en 2005. La inversión total que ha supuesto asciende a más de 60 millones de euros, entre la construcción, puesta a punto y realización de mejoras y obras complementarias.
Esta depuradora, a pesar de ser más rudimentaria y menos eficiente que la que se va a construir soterrada en El Pisón, depura un caudal medio de 77.000 metros cúbicos al día o 26 millones de metros cúbicos al año. El rendimiento en eliminación de sólidos en suspensión es superior al 75% y de DBO5 es mayor de un 65%.
La planta de Aboño, que se divide en línea de agua y línea de fangos, elimina parte de los contaminantes biológicos de los vertidos captados de las tres subcuencas del Oeste: la del río Cutis, la del río Pilón y la de La Calzada. La mayor parte del agua tratada en La Reguerona es reintroducida en el mar a través de un emisario submarino de 2.500 metros de longitud.
En la zona Este, como queda dicho, el sistema de recogida, tratamiento y evacuación de las aguas residuales urbanas contamina más el medio litoral y marino al faltar la pieza fundamental del engranaje: la depuradora. La cuenca Este tiene como eje principal el colector del Arenal y Coto de San Nicolás que, con un caudal nominal de 13 metros cúbicos por segundo, drena las aguas negras de una población de 80.000 habitantes y las conduce junto con el colector de La Camocha y el de Somió a la estación de pretratamiento de El Pisón, popularmente conocida como la 'Plantona', que tiene sus propios filtros.
En el pretratamiento se separan los sólidos de diámetro superior a 3 milímetros, las arenas y las grasas. Para ello se emplean sistemas físicos y mecánicos. La rejas del desbaste eliminan las materias de mayor volumen, tales como los palos y piedras, y los tamices separan otras menores, como los plásticos, las latas y los papeles. Las arenas y las grasas se separan en el desarenado y en el desengrasado. Un proceso mecánico hace que las arenas se vayan al fondo, desde donde son aspiradas y extraídas, y que las grasas floten y puedan ser recogidas.
La capacidad de tratamiento máxima de la 'Plantona' es de 6 metros cúbicos por segundo en el tamizado y de 2 metros cúbicos por segundo en el desarenado-desengrasado. La estación de El Pisón impulsa las aguas pretratadas por el emisario terrestre hasta el emisario submarino de Peñarrubia -de 2.400 metros de longitud-. Estos vertidos son finalmente expulsados a una profundidad marina de unos 26 metros.
Según explicó a EL COMERCIO Humberto Viña, director técnico de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), la contaminación marina que generan las aguas residuales únicamente pretratadas de la zona Este «es básicamente orgánica». Se trata de bacterias (coliformes fecales, estreptococos, etc.) por la ausencia de un tratamiento biológico en la depuración. De ahí la necesidad de controlar periódicamente las aguas de baño en las playas del entorno del emisario de Peñarrubia, que aunque satisfacen a Ayuntamiento, Principado y Confederación no resultan garantía sanitaria suficiente para la rigurosa normativa de la Unión Europea en esta materia. A pesar de esta realidad, Viña pone de relieve que un mar de aguas batidas como el Cantábrico «tiene una alta capacidad de autodepuración».
En cualquier caso, los vertidos al mar y al río Piles procedentes de la cuenca Este reducirán gran parte de su carga contaminante en cuanto entre en servicio la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) en terrenos de El Pisón. Para ello habrá que esperar aún a finales de 2014 o principios de 2015, con arreglo a los plazos de ejecución del proyecto que la Administración del Estado acaba de dar a conocer.
La futura instalación aumentará el caudal pretratado hasta los 8 metros cúbicos por segundo y añadirá un tratamiento biológico. Esta circunstancia hará que tanto los vertidos en periodos de lluvia al río Piles y al entorno de la playa, así como los desagües por el emisario submarino, tengan menor impacto en el ecosistema marino.
En dicha planta soterrada está prevista además la colocación de una línea de tratamiento terciario que permitirá reutilizar una parte muy pequeña del agua residual -2.500 metros cúbicos al día- para otros usos como baldeo de calles y regados de jardines. «La depuradora del Este cumplirá de forma holgada los criterios de calidad de las aguas que fija la Unión Europea», garantizó Humberto Viña.
Según las previsiones que maneja en este momento la Confederación Hidrográfica, las empresas adjudicatarias iniciarán los sondeos para analizar el terreno junto a la 'Plantona' empezarán en un periodo entre 15 y 20 días. La redacción del proyecto constructivo estará lista en el verano y la obra de la depuradora como tal estará en condiciones de arrancar con el movimiento de tierras en octubre.
20 años de espera
La depuradora del Este es la última gran infraestructura que queda pendiente para completar el Plan Integral de Saneamiento de 1991. En virtud de ese plan, la red local quedó dividida en dos cuencas diferenciadas. La actual planta de pretratamiento de aguas residuales de El Pisón y el emisario submarino de Peñarrubia fueron construidos con la previsión de que su función se completaría con el trabajo de esta instalación, que atenderá las aguas residuales de una de las dos mitades del concejo.
Los importantes retrasos acumulados por muchas de las piezas que conformaban este gran puzzle subterráneo de la ciudad hicieron que ya en 1999 se reajustaran los plazos, fijándose entonces el horizonte de 2005 como fecha tope para tener completa la red. Pero, finalmente, sólo dio a tiempo a que ese año se pusiera en funcionamiento la depuradora del Oeste.
La reciente sentencia condenatoria del Tribunal de Justicia de la Unión Europea a España por las demoras en las infraestructuras de depuración en 38 ciudades, entre ellas Gijón y Llanes, ha puesto el foco en los 20 años que han transcurrido desde que se planteó la necesidad de la depuradora del Este y su adjudicación provisional por un importe de 36.058.923 euros (IVA incluido) a la UTE de Aqualia Infraestructuras, FCC Construcción y Degremont.
Reacción de IU
«No estuvimos durmiendo», dijo ayer el concejal y tercer teniente de alcalde Jesús Montes Estrada, al recordar lo hecho en esos años por el saneamiento gijonés. No obstante, Jesús Montes reivindicó la segunda depuradora y dijo que IU defendió siempre su necesidad, mientras técnicos de la Fundación Torres Quevedo y otros grupos municipales tuvieron una posición más tímida.
IU, según Montes, «pedirá responsabilidades» si el Gobierno del Estado, «cuya generosidad nos sorprendió cuando se comprometió a financiar en solitario la depuradora del Este», quiere empeorar sus características para ahorrar dinero. «El compromiso adquirido por el Gobierno, que sigue siendo el mismo, es construir una depuradora de última generación, soterrada y con un parque encima; capaz de depurar el agua como para reutilizarla para regar. Nos dijeron que costaría entre 53 y 55 millones y si ahora, a causa de la crisis, se puede hacer lo mismo por menos dinero, estupendo, porque el dinero del Estado también es de todos. Lo que no queremos son recortes de prestación».
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