Borrar
Directo Los líderes europeos destacan el compromiso del papa Francisco con «los más vulnerables»
Un joven bebe directamente de una botella durante un botellón callejero. :: EFE
Beber en 'atracón', un hábito autolesivo
GIJÓN

Beber en 'atracón', un hábito autolesivo

La ingesta masiva de alcohol en cortos periodos de tiempo provoca graves daños cerebralesEn Gijón ya se han registrado casos de nuevas prácticas aún más peligrosas, como el consumo por vía vaginal

PPLL

Sábado, 16 de abril 2011, 21:48

Los expertos lo denominan 'binge drinking' y es una práctica extendida entre los jóvenes en todo el mundo, pero que en España tiene su máxima expresión en los botellones. Consiste en beber grandes cantidades de alcohol en un corto periodo de tiempo, por lo que también se le conoce como 'consumo en atracón', y preocupa cada vez más por los problemas de salud que acarrea, en particular por los daños cerebrales que provoca. Según los expertos, su impacto supera al de un consumo habitual pero moderado.

Técnicamente, se considera 'consumo en atracón' una cantidad superior a los 60 gramos de alcohol en los varones y 40 gramos en las mujeres, ingeridos en unas pocas horas. Para medir estas cantidades se utiliza la Unidad de Medida Estándar (UBE), que equivale a 10 gramos de alcohol o, lo que es lo mismo, a una caña de cerveza o una copa de vino. Tomarse un combinado, por ejemplo, supondría dos UBEs o 20 gramos de alcohol, por lo que a partir del tercero el consumo ya se consideraría «de alto riesgo». En el caso del botellón se hace más complicado medir estas cantidades por número de consumiciones, pues al ser los propios jóvenes los que se sirven estas bebidas pueden aumentar las proporciones de alcohol. Aún así, según la profesora de Psicología Maite Cortés, de la Universidad de Valencia, se estima que en España los adolescentes varones cuando beben en 'atracón' superan los 125 gramos -en términos normales serían doce cervezas o seis copas- y las chicas consumen más 80 gramos.

¿Qué problemas causa esta ingesta masiva de alcohol? De forma genérica se puede hablar de una disminución del volumen cerebral, en tanto que se produce la muerte de neuronas. El profesor Luis Miguel García, de la Universidad Complutense, explicó esta semana cómo el consumo «afecta tanto a la sustancia blanca, que podríamos identificar como las conexiones, como a la sustancia gris, que equivale a los centros de procesamiento». Cuando el consumo se produce a edades más tempranas hay regiones del cerebro que manifiestan un efecto más dañino, como el hipocampo, el cerebelo y la corteza prefrontal. La primera de ellas es básica para la memoria, por lo que su daño implica dificultades para crear nuevos recuerdos e incorporar nueva información al cerebro. El cerebelo, por su parte, tiene que ver con las funciones motrices más básicas, mientras la corteza prefrontal es responsable de las funciones ejecutivas, esto es, la capacidad de planificación, de fijar metas o de establecer estrategias. Los efectos que causa el alcohol en estas regiones cerebrales permanecen incluso después de dejar el consumo.

Este experto también destacó el efecto nocivo del ciclo 'intoxicación-abstinencia', ya que se obliga al cerebro a un doble esfuerzo, primero para asumir la entrada de grandes cantidades de alcohol y después para compensar la falta del mismo.

Emborracharse por el ojo

Pero, más allá aún de estos daños, entre los sanitarios empieza a preocupar la llegada a España de otras prácticas asociadas al 'consumo en atracón' que resultan si cabe más peligrosas y que son cada vez más frecuentes en Inglaterra, Estados Unidos y Alemania, entre otros países. En Gijón en los últimos meses ya se han registrado al menos dos casos de chicas -de 16 y 19 años- que para emborracharse impregnaron con alcohol un tampón que posteriormente introdujeron por vía vaginal. De esta forma la sustancia llega directamente a la sangre y al cerebro, sin pasar por el hígado, por lo que la intoxicación es más rápida y también más potente. Sin embargo, además de causar un daño similar a la ingesta por vía oral, esta práctica destroza la flora vaginal y puede provocar infecciones por hongos. Asimismo, el cerebro desarrolla más rápido una adicción al alcohol. La misma fórmula se utiliza también por vía anal e incluso existe una práctica denominada 'eyeballing' que consiste en ingerir el alcohol por el lagrimal, con los consiguientes riesgos.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Beber en 'atracón', un hábito autolesivo