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ANA SALAS
Viernes, 8 de abril 2011, 04:59
El ovetense Nacho de Paz es el único director de orquesta asturiano entre los candidatos a relevar a Maximiano Valdés en la OSPA. Sin embargo, ayer se mostró reticente a responder si su origen puede influir en los responsables de la orquesta para designarle a él como el próximo titular: «Para unos puede ser una virtud y para otros un problema», apuntó. «Yo he venido a hacer el mejor programa posible, siempre doy lo mejor de mí mismo e intento sacar al máximo partido a la orquesta que dirijo», añadió.
Sin embargo reconoció que le hace especial ilusión el concierto de esta tarde y que le gusta volver a casa «no solo por Navidad, como nos pasa a todos los de mi generación. Es muy emotivo venir en otras fechas para dirigir a la orquesta que mi inspiró para ser director», dijo. Recordó, de hecho, sus tiempos de abonado y los muchos ensayos que presenció de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias.
Lleva 15 años viviendo fuera, los últimos cinco en Alemania. Empezó en Oviedo a estudiar piano y composición y acabó en Barcelona. Allí estudió con José Luis de Delás, Arturo Tamayo y Pierre Boulez. Ha sido asistente del director madrileño en numerosas ocasiones. Fue director de varias formaciones y estuvo al frente de la Internationale Ensemble Modern Akademie en Frankfurt am Main. Actualmente se encarga de los ciclos y festivales relevantes de música contemporánea española. Con varios premios en su currículum se presenta como el candidato número diez de los 14 que la OSPA ha seleccionado para el título de director, y uno de los más jóvenes. Hoy dirige a la formación que ha definido como «un grupo humano que trabaja con mucha precisión pero pasándolo bien. Es muy fácil trabajar con ellos», agradeció.
El recital
Esos ensayos se presentan ante el público en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo a las 20, con un programa «muy colorista». El guitarrista Manuel Berrueco, reconocido como uno de los más importantes de la actualidad, acompaña a la orquesta en un concierto «clásico» que mezcla, de forma «muy equilibrada», las danzas de Claude Debussy, las de Roberto Sierra y las compuestas por Igor Stravinsky.
La 'Tarantela de Estiria' que el francés Debussy compuso en 1890 abre el concierto que durará unos 70 minutos; le seguirán las 'Danzas concertantes para guitarra y orquesta' del puertorriqueño Roberto Sierra que incluye boleros y valses con inspiración en la música latinoamericana. Para finalizar, interpretarán una versión compuesta por Stravinsky en 1919, de 'El pájaro de fuego', «un cuento popular del folclore tradicional ruso» lleno de «fantasía».
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