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J. GUTIÉRREZ
Viernes, 18 de febrero 2011, 11:39
La salud del exconsejero de Educación y Ciencia, José Luis Iglesias Riopedre, internado en la cárcel de Villabona desde el pasado 25 de enero, ha sufrido un severo decaimiento en los últimos días. Según ha podido confirmar este periódico, el septuagenario político no sale de la celda ni para comer y se muestra abatido. El bajón ha encendido las alarmas entre los responsables de la penitenciaría, para quienes la estancia de Riopedre supone un reto dado el delicado cuadro médico que presenta.
Cabe recordar que, hace siete meses, el cardiólogo que controla al exconsejero le recetó un tratamiento con nueve pastillas al día, insulina y la prohibición «absoluta de situaciones de estrés». Por este motivo, le extendió una baja laboral que obligó a Riopedre a abandonar el Ejecutivo autonómico. El deterioro detectado entonces se sumaba a un historial que ya cuenta con una cardiopatía isquémica en 1994 y un reinfarto en 1997 con angina post-infarto. De estos accidentes le queda al paciente una enfermedad coronaria calificada de «muy severa» y con tres vasos afectados.
El parte resulta tan duro como los delitos que la jueza del 'caso Renedo' le imputó tras meses de investigación: prevaricación, cohecho, tráfico de influencias, fraudes y exacciones ilegales y negociaciones prohibidas para funcionarios y altos cargos. Desde que dictase su traslado a Villabona, el equipo de Esteban Suárez, director del penal, optó por recluir a Iglesias Riopedre, María Jesús Otero y Marta Renedo -los tres privados de libertad a raíz del 'caso Renedo'- dentro del módulo 1 de la Unidad Terapéutica y Educacional (UTE).
Allí el régimen carcelario es de tipo mixto (cuenta con hombres y mujeres) y la convivencia es la más normalizada de toda la institución. Las peleas y conflictos resultan excepcionales en buena parte porque a la UTE no entra cualquiera. Hay un proceso de selección y el reo que aspira a superarlo debe comprometerse por escrito a seguir un proceso de desintoxicación y no aceptar las visitas de quienes le influyen negativamente.
Esta relativa armonía es la que convenció a los responsables de Instituciones Penitenciarias de que la UTE es el lugar más apropiado para tener a Iglesias Riopedre, una decisión no del todo habitual. Hace un año, por ejemplo, Villabona contaba con trece presos de más de 70 años, un tipo de recluso que por su avanzada edad suele estar atendido directamente en el módulo de enfermería. Aunque aquí la vigilancia médica resulta más sencilla, el lugar es psicológicamente más duro, dada la presencia de reos con severas dolencias mentales, poco autocontrol y accesos de agresividad. Es un escenario demasiado antagónico para alguien acostumbrado a los despachos oficiales.
Iglesias Riopedre asumió de buen grado la decisión del equipo director de Villabona y durante las primeras semanas participó de las actividades programadas, departiendo con el resto de internos. Los responsables de la cárcel observaron con alivio esta respuesta y, en conversaciones privadas, señalaron como una de las causas que la favorecían el hecho de que el exconsejero «ya conociera lo que es llevar una vida muy reglada, dados sus orígenes con los maristas».
La situación ha cambiado radicalmente en los últimos días. El exconsejero confiaba en que el recurso de excarcelación presentado por su abogado, Sergio Herrero, convencería al Ministerio Fiscal, facilitando así su rápida puesta en libertad. Sin embargo, el viernes 4 de febrero, y tras recibir un informe desde Villabona, la Fiscalía dio a conocer que seguía interesando la prisión provisional para el imputado porque, entre otros argumentos, no le apreciaba una «penosa situación médica». Según desvelaron entonces los allegados de Iglesias Riopedre, la noticia supuso para él «todo un mazazo».
Aunque en un principio habría intentado digerirlo, fuentes penitenciarias confirmaron a este periódico cómo el desánimo estaría venciendo al exconsejero, que ya no encuentra motivo para salir de la celda. El horario de la UTE prevé que los reclusos se reúnan a las 13.15 horas y a las 19.15 en el comedor para recibir el rancho. Sin embargo, son varias ya las jornadas en las que el exconsejero no participa de estas reuniones, alimentándose gracias a los platos que le acercan hasta la celda otros reclusos.
Vista pública
El próximo miércoles está fijada la vista para que la sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias escuche los argumentos a favor y en contra de la excarcelación de Iglesias Riopedre. No se descarta que, para entonces, la sala deba recabar un nuevo informe médico sobre la evolución del exconsejero.
Para la vista se ha citado al letrado del Principado. En principio, el Gobierno dice estar personado en el caso para reclamar el daño patrimonial que haya podido causar la funcionaria Marta Renedo. Sin embargo, su inclusión como parte afectada le permite efectuar actos en otros ámbitos. Así, en lo tocante al exconsejero, el abogado de la Administración sumó una alegación respaldando el recurso de excarcelación que presentó el letrado de la defensa. El argumento para hacerlo es que la juez y el Ministerio Fiscal habrían lesionado de alguna manera la honorabilidad del Principado, al argumentar que es necesario mantener en prisión al exconsejero para evitar que oculte o altere pruebas. «Eso es como decir que cualquiera puede entrar a las consejerías y destruir los contratos que allí hay guardados, una afirmación que no podemos tolerar», explican fuentes del Ejecutivo regional.
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