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Viernes, 28 de enero 2011, 08:21
En los últimos 28 años ha sido el encargado de buscar corazones, riñones, hígados y pulmones que permitieran dar una segunda oportunidad a personas que se encontraban gravemente enfermas. Personas que no hubieran logrado sobrevivir de no haber recibido un nuevo órgano y que consiguieron una prórroga para su vida gracias a cientos de donantes y también a la encomiable labor del equipo que desde hace casi treinta años capitanea en Asturias, Jesús Otero, coordinador regional de Trasplantes. Pero ayer Jesús Otero ('Chus' para cuantos le tratan y conocen) tuvo que dejar a un lado su labor a puerta del quirófano en el HUCA, 'aparcar' su teléfono móvil y olvidarse de las alertas que a diario le llegan desde la Organización Nacional de Trasplantes avisándole de la aparición de un donante (alertas que le suelen poner de cero a mil en un segundo, sea la hora que sea).
Este zaragozano, mezcla de todoterreno y puro nervio, pasó ayer de trasplantador a trasplantado tras recibir en el Hospital Marqués de Valdecilla, en Santander, un nuevo pulmón. La intervención se practicó en Cantabria, ya que el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) no realiza trasplantes pulmonares, sino de corazón, riñón e hígado.
Chus Otero arrastra desde hace tiempo una importante enfermedad «que le fue apagando sus pulmones poco a poco». Chus «sabía que iba a acabar en el quirófano, pero demoró la decisión todo lo que pudo», precisaron ayer fuente sanitarias. Pero sus pulmones ya estaban al límite, por lo que este médico intensivista se vio obligado a desprenderse de su bata y a convertirse en un paciente más. Desde hace varias semanas, Jesús Otero se encontraba en lista de espera. Pese a todo no dejó de trabajar. Hasta hace muy pocos días se le seguía viendo, con su bata impoluta y sus vaqueros, por los pasillos de la sexta planta del Covadonga. Pocos sospechaban que aguardaba por la aparición de un donante. Por esa llamada que él tantas veces había gestionado para otros enfermos. En el Hospital Central casi nadie lo sabía. Como era habitual en él, «lo llevaba con mucha discreción». Tanto, que ayer mismo miembros de su equipo de trasplantes desconocían que 'Chus' ya había pasado por el quirófano y que la intervención había sido exitosa. Ahora queda por delante, como él tantas veces explicó a los familiares de otros trasplantados, las horas decisivas para saber si el pulmón se adapta al nuevo organismo. Serán 48 horas en las que habrá que controlar minuto a minuto cada una de las respuestas del pulmón trasplantado. «De momento, la cosa va bastante bien», señalaron ayer fuentes del HUCA.
1.600 trasplantados
Los trasplantes en Asturias se iniciaron un 22 de marzo de 1983. Fue con un minero de Riosa, al que le pusieron un riñón donado, el pionero en el Principado. El equipo trasplantador lo componían de aquella un jovencísimo Jesús Otero, acompañado de otros igualmente jóvenes Paco Ortega, Ernesto Gómez y Valentín Muruamendiaraz, entre otros. Eran tiempos en los que los trasplantes sonaban casi a ciencia ficción, una cirugía de aquella innovadora y que en Asturias salió adelante a fuerza de «mucho machacar a los políticos». Detrás de ese trasplante renal vinieron luego muchos más. En 1998 se iniciaron los de corazón y en 2003, los de hígado. Se estima que en la región se han realizado desde entonces poco más de 1.600 trasplantes de riñón, corazón e hígado. Una larga lista a la que ayer se ha sumado 'Chus' Otero. A él y a su equipo se le atribuye el éxito de los trasplantes en Asturias, un éxito que siempre compartió con la ONT y que en 2010 les hizo merecedor del Premio Príncipe de Asturias.
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