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PEPE G.-PUMARINO
Viernes, 7 de enero 2011, 13:54
Conservas Remo S.L., de Candás, iniciará la próxima semana el traslado de sus instalaciones a la nueva factoría situada en el polígono de La Peñona, en Gijón. El proceso será lento, comenzando por la maquinaria hasta completar todos sus equipamientos. La previsión de la dirección de la empresa es que las labores de la mudanza se lleven a cabo de forma paulatina a lo largo de este año. En su actual emplazamiento se mantendrá la actividad comercial hasta que se dé por concluido el traslado, para lo que todavía no existe una fecha determinada.
Los trabajos de construcción de la nueva planta ya han finalizado. Únicamente resta ahora proceder con la instalación del nuevo y moderno equipamiento con el que se reforzará la capacidad productiva de la empresa, objetivo que se marcó la firma conservera hace una década, cuando se iniciaron los trámites para el cambio al amparo de una línea de ayudas regionales al sector. En el caso de Remo, la subvención fue de 780.061 euros.
La empresa -que cuenta con otra línea de producción en la localidad de Burela, en Lugo- conseguirá así convertirse en la única empresa de conservas de pescado de Candás que mantiene su actividad tras el cierre de Conservas Albo. Y aunque su nuevo emplazamiento será el vecino concejo de Gijón, a pesar de los muchos esfuerzos realizados para seguir en la villa marinera, la marca no perderá su vinculación con Candás.
¿La causa de la decisión de la empresa de cambiar de ubicación? Los retrasos para disponer en Carreño de un espacio industrial acorde con la necesidad de adaptar sus instalaciones. Su ubicación actual en la zona residencial de San Antonio fue el principal problema, unido a que la parcela que ocupa es de alquiler. Con su nuevo emplazamiento Conservas Remo verá colmadas sus aspiraciones de crecimiento y competividad en el mercado con otras empresas. No obstante, el cambio no modificará en ningún caso su línea de producción basada en la forma artesanal y tradicional de hacer conservas que es el cuño que identifica a esta firma desde su constitución en 1940.
Fin de una larga tradición
Con la marcha de Remo a Gijón se pondrá punto y final a una larga tradición conservera en la villa candasina. Una actividad que se inició en la segunda mitad del siglo XIX y que, durante más de un siglo, llegó a contar con cerca de 90 empresas ligadas al sector entre fábricas y almacenes para elaboración de salazones.
El año 2011 marcará por tanto un punto final en la historia de Candás. En la última mitad del pasado siglo, la villa experimentó uno de los cambios más radicales en la actividad vinculada a la pesca con la desaparición paulatina de su flota pesquera. Ahora, transcurridos otros cincuenta años, este pueblo se verá privado de otra de las actividades que supuso en su momento su principal motor económico: la industria conservera.
Con el cierre primero de la fábrica de Albo y ahora el cambio de ubicación de Conservas Remo, Candás se queda sin el único vestigio de los esplendores de antaño, sin una de las formas de vida de este pueblo con raíces, sabores y olores marineros.
Cualquier seña de identidad que se busque en la profunda historia de esta villa estará relacionada con el mundo de la pesca y la conserva. Todas las generaciones de candasinos tienen en sus vidas la herencia de alguno de sus antepasados como parte de tripulaciones y de fábricas de conservas y salazones.
Candás se queda sin conserveras a pesar de los esfuerzos de todas las partes por mantener a Remo en territorio del concejo de Carreño.
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