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O. S.
Viernes, 7 de enero 2011, 08:36
Iván Álvarez Raja, secretario de Organización del PSOE de Gijón, fue puesto en la mañana de ayer en libertad tras prestar declaración ante el juez por un supuesto delito de maltrato hacia su esposa, con la que está en trámites de divorcio. Irene Mier denunció ante el Cuerpo Nacional de Policía (que más tarde remitió la instrucción a la Guardia Civil) haber sido víctima de una agresión cuando su todavía marido acudió al domicilio familiar, ubicado en Vega-La Camocha, a recoger a la hija de ambos, de 3 años.
«Comprobó que la cerradura de la puerta de entrada estaba cambiada y se enfureció. Me exigió un juego de las llaves nuevas y como me negué me empujó con fuerza y como consecuencia (del mismo) me golpeé la parte sacra de la espalda», reseñó en el testimonio realizado en la Comisaría. La mujer sufrió un hematoma, tal y como consta en el parte médico realizado por la médica de La Camocha.
Iván Álvarez Raja, ex concejal del Ayuntamiento de Gijón, permaneció detenido durante la madrugada de ayer en la comandancia de la Guardia Civil de Contrueces, mientras que varios efectivos acudían al domicilio conyugal para tomar fotografías de unas «pintadas coercitivas» presuntamente realizadas por el imputado y dirigidas hacia su esposa. Además, la hermana de la denunciante y un amigo de Álvarez Raja que le acompañó a recoger a su hija prestaron declaración.
A primera hora de la mañana el detenido pasó a disposición judicial. Prestó declaración ante Juan Laborda, titular del juzgado de Instrucción número 1 de Gijón. En compañía de su abogada, relató los hechos y negó en todo momento haber agredido a Irene Mier. La denunciante aseguró a EL COMERCIO que «no pude entrar a la declaración para dar mi versión, ni yo ni tampoco mi abogada».
La supuesta perjudicada solicitaba una orden de alejamiento, que le fue denegada por el juez. «No se aprecia que existan indicios fundados de haberse perpetrado el hecho punible que se relata en la denuncia, teniendo consideración precedentes por hechos similares y las declaraciones prestadas por los testigos presenciales son contradictorias en punto relativo a la realización por el imputado del acto de acometimiento físico que describe la perjudicada», señala el fallo judicial.
En el auto se detalla además que «no existen razones que autoricen a dar preferencia a una sobre la otra (las versiones), ponderando también como circunstancia singular el hecho de que horas después las partes intercambiaran diversos mensajes telefónicos donde ninguna manifestación efectúa la perjudicada acerca de que hubiere sido agredida y formulara denuncia por tal agresión, ni siendo tampoco la situación objetiva de riesgo». Irene Mier ya ha manifestado su intención de recurrir el auto del juzgado de Instrucción 1 y solicitar una copia del atestado.
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