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GONZALO DÍAZ-RUBÍN
Viernes, 18 de junio 2010, 11:06
El correo interno vuela de ordenador en ordenador municipal: «Salvemos al oso Perico», es el lema que impulsa a los funcionarios. De otra trabajadora municipal, acaban de recibir una nota en la que anuncia que, ante el cierre del almacén consistorial en la calle de Calderón de La Barca, se procederá, en 20 días, al traslado al vertedero de Cogersa de «un oso disecado en una urna», entre otros materiales. «Fue un error», se explica, pasado el susto, el concejal de Patrimonio, Iván de Santiago. «La trabajadora hizo una relación de los materiales que no había reclamado ningún servicio y lo informó. Por eso aparecía Perico», relata.
El oso no acabará en el vertedero. Patrimonio lo trasladará a la nueva nave de Olloniego, junto con otras piezas que estaban en la lista del camión de la basura, como «una maqueta a escala de Oviedo o material de una exposición de Gustavo Bueno». Es lo único que se salvará. En la lista figuraban también materiales y documentación de la extinta y polémica sociedad municipal de gestión del suelo, Gesuosa, que irán al vertedero. Nadie los reclamó, ni dieron lugar a correos del estilo «salvemos las cosas de Gesuosa». Por si acaso, que hasta el alcalde acabó harto de su 'hija' y disolvió la empresa en un Pleno.
Perico salvó su pellejo disecado por los pelos. El equipo de gobierno aprobó un plan para racionalizar el gasto en alquileres y reducir a la mitad el millón de euros anual en rentas. El plan ha conllevado la cancelación de varios contratos, entre ellos los de las dos naves de Almacenes Industriales donde reposaba el oso desde hacía casi dos décadas.
Osos en Oviedo
Perico lleva muerto la friolera de 54 años. Apenas pasó cuatro en Oviedo, desde que en 1952 un grupo de concejales solicitase que el cercado provisional de los dos oseznos se convirtiese en la jaula con un murete de piedra, delante de la cual se fotografiaron generaciones enteras de ovetenses. Su 'viuda', Petra, le sobrevivió 20 años.
De Petra no quedan más que las miles de fotografías de los ovetenses y una única filmación, unas imágenes recogidas en el documental 'Así es Asturias', rodado por Juan Cabezas en 1962. A Perico (eran otros tiempos, todavía se cazaban de forma legal osos en Asturias) le cayó pasar por el taxidermista. El trabajo, dicen, no fue muy bueno y, periódicamente, se habla de restaurarlo; a veces, hasta da para el debate político. Ahí sigue.
De momento, se salva y viajará hasta Olloniego. Patrimonio se lo ha ofrecido a Cultura: «Nos parece más apropiado, no sólo por el oso, sino también por la maqueta y la exposición», dice de Santiago. A la concejalía de José Suárez Arias-Cachero tampoco le sobra el espacio. En enero, pagó 4.000 euros a una empresa para que recogiese y llevase al vertedero varias escenas de zarzuelas que llevaban un lustro en otro almacén en Silvota.
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