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EVA SANROMÁN
Jueves, 17 de junio 2010, 04:42
El complejo etnográfico de Carreña de Cabrales que el Ayuntamiento ha puesto a la venta no acaba de encontrar su sitio en el mercado. Llano Molín se resiste y el dinero en el que fue tasado no acaba de ingresar en las necesitadas arcas municipales. Su salida al mercado fue imposible cuando el Ayuntamiento puso a la venta el todavía hoy conjunto municipal y, concluido el plazo previsto, tras quedar desierta su demanda, decidió pasar la pelota a las inmobiliarias para que éstas comenzaran el negocio de su venta. La empresa Reinas es la encargada de ofrecerlo a los compradores, y lo hace en un precio oficial, el fijado por los tasadores: 424.143 euros.
Llano Molín lleva un mes expuesto en las vitrinas que la agencia inmobiliaria tiene en la localidad de Arenas de Cabrales y tan sólo ha habido dos clientes que se hayan interesado por el conjunto patrimonial. Uno de ellos, sin embargo, ya lo ha descartado. El otro, está estudiando la oferta y la viabilidad de un potencial proyecto. Aunque lo cierto es que la venta de Llano Molín es complicada. No porque el paraje no merezca la pena, sino porque a la época de crisis económica, se suma a un precio casi inamovible por ser oficial y tratarse de un inmueble municipal, y una utilidad del conjunto casi exclusivamente turística. Con lo cual, el cliente tiene que ser muy concreto y el nicho en el que se ubicará el producto está ya muy colapsado. «Tiene que ser alguien muy decidido con un perfil muy definido», aseguran desde la inmobiliaria. De no ser así, «será difícil la venta» porque no hay juego en los precios, «los criterios de venta están muy encorsetados y tenemos que acogernos a unos números oficiales que dan poco juego a la hora de negociar la venta».
Los agentes inmobiliarios señalan que, tras varios estudios realizados, se ha determinado que el precio es «demasiado alto» y el margen de movimiento escaso, con lo que la tarea se les antoja complicada. Llano Molín es una venta singular, aunque tampoco es la primera de este tipo que la agencia Reinas vende -no obstante el resto de complejos vendidos no eran patrimonios municipales y los precios variaban según el cliente y el comprador-. Aún con todo, la esperanza para insuflar las arcas municipales aún no está perdida. El equipo de Gobierno local ha puesto toda la carne en el asador y mantiene la venta de este conjunto arquitectónico formado por varias casas. Cuando en Cabrales se tomó la «dolorosa» decisión de vender su patrimonio, se hizo con la convicción de que ésta era la única alternativa para continuar con la vida del Ayuntamiento y la oferta de servicios a los vecinos del concejo. O vendían patrimonio o cerraban la puerta del Consistorio, justificó el regidor.
Su postura la apoyó el socio de Gobierno, el Partido Independiente de Cabrales, pero no lo hizo la oposición, el Partido Popular. Mientras que para los dos primeros la venta de este conjunto de bienes era la solución más viable, de hecho, era la única solución, para los segundos desprender a los cabraliegos de este emblemático lugar suponía «despojar» a los vecinos de «uno de los lugares más maravillosos» del concejo. No fue fácil la decisión, pero el dinero, más que nunca ahora, es necesario en Cabrales. Los sentimentalismos cedieron paso a las necesidades.
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