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elena rodríguez
Jueves, 26 de noviembre 2015, 00:35
Primero fue el filósofo y pedagogo José Antonio Marina, autor del Libro Blanco de la Profesión Docente, y esta semana, el último informe de la OCDE, titulado 'Panorama de la Educación 2015'. Tanto el profesor como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos hablan de lo mismo: de la necesidad de que los profesores sean evaluados. Marina es partidario de vincular los resultados a incentivos profesionales y económicos, mientras que la OCDE reprocha que a los profesores no se les examine regularmente, como sí ocurre en otros países.
La inmensa mayoría de los docentes de la enseñanza pública ha superado pruebas durísimas de ingreso en la docencia tras años de formación, defiende el sindicato Suatea, quien añade que, después, el servicio de Inspección somete regularmente a los centros a planes de evaluación organizados por las consejerías. Por eso, ve tras estos mensajes una campaña de acoso y derribo contra el profesorado. Le parece poco casual que un informe de 500 páginas convertido en los últimos años en máximo referente de materia educativa, solo resalte dos: el número de jóvenes que ni estudian ni trabajan y la falta de evaluación del profesorado. Y eso, insiste la central, cuando el propio estudio reconoce, entre sus miles de datos, los recortes y sus efectos negativos en el sistema.
Pero ni los despidos, ni la precariedad, ni el aumento de las ratios ni la disminución de recursos parecen importar. Ni que el porcentaje dedicado a educación haya bajado un 4%. Cargan toda la responsabilidad sobre el profesorado. Desde su punto de vista, los problemas que hoy aquejan a la enseñanza pública no se resuelven culpando a los docentes, sino revirtiéndolos: derogando la LOMCE, recuperando las condiciones laborales, disminuyendo el horario lectivo, estabilizando a los interinos, estableciendo una verdadera atención a la diversidad, invirtiendo en la mejora de las instalaciones.... Cree que detrás de esta degradación y de querer poner un sistema retributivo que reduzca los salarios con el señuelode premiar a los docentes se esconde el compromiso adquirido ante Bruselas para disminuir aún más el porcentaje del PIB destinado a Educación hasta un 3,7%.
"Que se realice con criterios objetivos"
Crítico también se mostró ANPE: La opinión que se ha trasladado a la opinión pública es que el profesorado está dejado de la mano de Dios y no hay ni equipos directivos, ni departamentos, ni claustros, ni una inspección educativa, ni una administración pública que funcione y controle la labor de los docentes. ANPE deja claro que no se opone a la evaluación, pero exige que se haga con criterios objetivos y enmarcados dentro de un Estatuto Docente, norma que, en su opinión, debe regular la carrera profesional desde el acceso hasta la jubilación, con incentivos económicos y profesionales.
Es ésta, dice, una promesa hecha por todos los gobiernos y todos las han incumplido. El Libro Blanco anunciado no augura por el modo, la forma y el momento en que se está gestando un debate profundo y riguroso sobre lo que debe constituir la negociación del Estatuto Docente.
Por eso, la central reclama alejarse de debates estériles que no contribuyen al reconocimiento de la labor docente y distraen y ocultan los verdaderos problemas del sistema educativo. Entre ellos, menciona (como así recoge el informe) el aumento de las ratios. En ESO es de 25 alumnos por aula (la media de la OCDE, 24) y en Primaria, de 22, frente a los 21 del conjunto de la OCDE. También habla de las 713 horas de clase que dan los profesores españoles al año cuando en la OCDE, de media, se imparten 694.
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