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Menos deberes contra el absentismo

Menos deberes contra el absentismo

Un plan de Servicios Sociales plantea la necesidad de que las tareas sean «más lúdicas»

Olga Esteban

Sábado, 6 de junio 2015, 01:01

Durante el pasado curso escolar, el último del que existen datos oficiales, los colegios e institutos de Gijón derivaron 90 casos de absentismo a la Fundación Municipal de Servicios Sociales. Fueron 15 más que el año anterior. Es decir, hubo un 16% de incremento. El perfil del alumno absentista, esto es, el que falta a un 25% de las clases en un mes, es el de un niño, estudiante de Secundaria, que lleva un curso de retraso, que procede de una familia monomaternal y cuyo principal obstáculo son los problemas en el hogar. Así lo detectó la Fundación Municipal de Servicios Sociales en su memoria anual.

Esos 90 casos no son los únicos de Gijón. Hay más. Pero estos son, quizás, los más difíciles. Aquellos en los que los centros se vieron incapaces de buscar una solución. Por eso recurrieron a Servicios Sociales. Y ahora, la fundación municipal tiene sobre la mesa el Plan de Acción Local, en el que empezó a trabajar el año pasado, y que fue presentado hace algunas semanas en Nantes. El lema del proyecto es Cómo implicar a las familias en la prevención del absentismo escolar y está enmarcado en programas europeos, en concreto el Urbact Prevent, cuya finalidad es precisamente reducir las altas tasas de absentismo y abandono escolar que se están detectando en toda Europa.

Implicación de las familias

Profesionales de varias áreas han trabajado durante meses para elaborar un documento que plantee una serie de medidas a poner en marcha para mejorar las cifras en Gijón. Parten los expertos de la base de que el absentismo escolar es «un fenómeno complejo y heterogéneo», que va más allá de un problema escolar. De hecho, según la última memoria de la fundación, son precisamente los problemas familiares los que dispararon en el último curso los casos de absentismo. Por eso, se trata de plantear medidas que mejoren la relación de las familias con los centros educativos, de los alumnos entre ellos, el seguimiento de los estudiantes curso tras curso, la detección precoz de situaciones de acoso... En total, 16 iniciativas que necesitarían de la implicación de toda la comunidad educativa.

Una de las propuestas entra de lleno en el debate sobre los deberes. ¿Tienen los niños demasiadas tareas? ¿Son beneficiosas o no? El plan local propone dos ideas principales en este sentido: que los claustros se coordinen a la hora de organizar y planificar tareas para casa (para evitar, entre otras cosas, el exceso de encargos o la coincidencia de muchas materias), y que los deberes sean «más lúdicos». Existe, reza el documento, «la conveniencia de establecer otro tipo de deberes que fomenten las ganas de aprender del alumnado y su apego a la escuela, favoreciendo su desarrollo personal». Se trata, en fin, de «trabajar en un sistema de deberes más lúdico y organizado».

Son muchas las voces que se han referido en los últimos tiempos a esta cuestión. Existe incluso un estudio de un grupo de investigadores de Psicometría de la Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo que concluye que una hora de deberes en segundo de la ESO (alumnos con 13 años), es más que suficiente. El coordinador del grupo fue el catedrático José Muñiz, junto al técnico de la Consejería de Educación y profesor asociado de Ciencias de la Educación Rubén Fernández Alonso y Javier Suárez Álvarez fueron los autores de un estudio que se basó en observar a 7.000 alumnos y sus tareas escolares.

Tareas creativas

El plan de Servicios Sociales define los deberes como tareas «distintas a las realizadas en el aula, que fomenten la creatividad, la reflexión, la búsqueda de información y la implicación de las familias para su realización». En cualquier caso, la pieza principal para poder poner en marcha esta iniciativa son los propios centros.

Otra de las ideas más originales de ese listado de 16 medidas a poner en marcha es la denominada Entre redes, y que busca la implicación de dos colectivos. En primer lugar, de los maestros jubilados, con quienes se propone constituir una red de voluntarios «que ayuden en las tareas escolares». También se pretende contar con alumnos en prácticas de Pedagogía y Magisterio, mediante acuerdos con la Universidad de Oviedo o la Consejería de Educación. Incluso se menciona a una profesora en particular: «Colaboración del alumnado en prácticas de la profesora universitaria Raquel Amaya Martínez González como monitores de familias». Las dos redes, la de docentes y alumnos en prácticas, formarían «instrumentos de apoyo continuado para aquel alumnado que lo necesite».

Pone el plan de Servicios Sociales también énfasis en la detección de los casos de acoso en el centro y ciberacoso, ya que ambas situaciones pueden derivar en absentismo.

Pese a que los casos graves de absentismo solo suponen un 0,21% del total del alumnado de Primaria y de un 0,77% de Secundaria, las Administraciones consideran estas situaciones de mucha gravedad. Especialmente el hecho de que, en el último curso, se haya detectado ya en niños de 6, 7 y 8 años.

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