Borrar

Muerte súbita, la más grave y menos común de las cardiopatías

Los fallecimientos de deportistas como Antonio Puerta y Dani Jarque están asociados a mutaciones genéticas hereditarias como la estudiada

M. F. A.

Jueves, 30 de octubre 2014, 00:14

Las imágenes de Antonio Puerta desplomándose en el Ramón Sánchez Pizjuán dieron la vuelta al mundo. El suyo, como el del futbolista españolista Dani Jarque, es uno de los casos que se asocian a la muerte súbita provocada por miocardiopatía hipertrófica hereditaria. El impacto de estas muertes es brutal, por cuanto afectan a personas jóvenes y ocurren de manera inesperada e inexplicable, ya que no existe un diagnóstico genético previo que pueda alertar de que eso va a ocurrir. Pero ocurre. En un porcentaje muy bajo de los casos, como advierte el cardiólogo José Julián Reguera, que aclara que la muerte súbida es la manifestación menos común, aunque sí la más grave, asociada a esta enfermedad. Y también es cierto que no todas las muertes súbitas están ligadas a esta cardiopatía. La razón también puede ser otra.

La enfermedad cardiaca es tan común que su prevalencia se estima en una de cada 500 personas. De hecho, el cardiólogo del HUCA llama a la calma: «El 80 o el 90% de las personas que lo sufren van a vivir su vida sin pasar por estos trances». Ni siquiera por otras enfermedades como es la insuficiencia cardiaca, la más común de todas, y que en muchas ocasiones requiere de un trasplante. También puede generar arritmias, dolor torácico y la pérdida de conciencia. La prevalencia de la muerte súbita es muy pequeña, pero, eso sí, «es la más frecuente en deportistas jóvenes».

Conocer las mutaciones genéticas que se dan en estas cardiopatías y las enfermedades asociadas a ellas es fundamental por cuanto puede ser un arma de prevención indispensable. Cuando se conocen antecentes previos de familiares que han muerto jóvenes y se detecta alguno de los genes mutados vinculados a la enfermedad, se puede actuar. Saber que el comportamiento familiar previo es maligno hace que los médicos puedan tomar medidas preventivas. Como ha sucedido en dos de los casos analizados en Oviedo, en los que como solución clínica y para prevenir arritmias graves o esa posibilidad de una muerte súbita se les ha colocado un desfibrilador. En todos los casos, el seguimiento clínico constante es la mejor arma para evitar males mayores.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Muerte súbita, la más grave y menos común de las cardiopatías