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e. c.
Martes, 24 de mayo 2016, 13:40
Esta puede ser definida como la competición más absurda del mundo. Courtney Grimshaw solo tenía 12 años cuando empezó a restringirse las comidas. Su hermana Rebecca tenía 14 y era mister popularidad en el colegio. Un buen día, ambas hermanas tuvieron una discusión y Rebecca llamó «culo gordo» a su hermana menor. Courtney se lo tomó muy a pecho y empezó a bajar de peso. Un año más tarde, estaba esquelética.
Lejos de quedar aquí la historia, Rebbeca, que hasta ese momento no hacía ninguna dieta, se sintió «inspirada» por la delgadez de su hermana y comenzó a seguir el mismo modo de vida tan poco saludable. Sobrevivían con únicamente 350 calorías al día. Su obsesión compulsiva de pasarse todo el día en el gimnasio tampoco ayudaba, según recoge en un artículo 'The Mirror'.
Al poco tiempo, Rebecca se dio cuenta de lo peligroso que era aquello y decidió dejarlo. Sin embargo, Coutney hizo caso omiso a su hermana y se colocó en 31 kilos. Su vida corría serio peligro. Atendida por especialistas y animada por su familia, Coutney comenzó a recuperar su peso. Supervisada por un doctor y un dietista, la joven se está recuperando.
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