Las 'rajadas' de Clemente

Javier Clemente no pasa desapercibido. Su Sporting figura último en la tabla, los ánimos están más que caldeados y el técnico en el punto de mira. En plena rueda de prensa, el preparador llamó "tonto" a un periodista, además de asegurarle que le diría a su hijo lo "sinvergüenza" que era su padre. Una más del entrenador vizcaíno. Este encontronazo hace recordar otras muchas 'rajadas' del de Baracaldo.

La prensa siempre ha sido uno de sus objetivos favoritos. Hace dos años, Clemente insinuó que no le hubiera importado que el periodista Manolo Lama hubiera fallecido en un accidente de tráfico en el que afortunadamente salvó la vida. El técnico habla sin tapujos y las salas de prensa con él han llegado a convertirse en auténticos hervideros.

Tampoco se libraron compañeros de profesión. Tras un comentario de Radomir Antic en el que hablaba de que la "mano" de Clemente pudo tener que ver con unos emparejamientos entre Atlético y Barça en Copa, el técnico vasco contraatacó a su manera. El por entonces seleccionador nacional no dudo en insinuar que Antic tenía problemas con el alcohol, incluso lo llamó "gordo" en varias ocasiones.

Eto'o, "tonto y malo"

Los propios futbolistas tampoco se han salvado de la lengua de 'El rubio de Baracaldo'. No se cortó en llamar a Eto'o "tonto y malo", cuando el delantero impidió que este hiciese un cambio cuando comandaba a la selección de Camerún. Incluso no se cortó en calificar a muchos de los jugadores que ha dirigido como "profesionales con falta de talento".

También ha tenido palabras para la Federación. Se quejaba del planteamiento del torneo del 'KO': "La Copa es un rollo publicitario para sacar dinero, es un montaje. Los clubes que juegan en Europa no entran en el sorteo de las primeras eliminatorias y parecen decir: los tontos os machacáis y luego los listos jugamos más cómodos".

Javier Clemente se escuda en su derecho del 'insulto público' para decir lo que piensa. Es un hombre que habla claro y no se deja llevar por la marea de lo políticamente correcto que envuelve al fútbol actual. Sin embargo, su franqueza y falta de tacto hacen de una virtud, el peor de los defectos.