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VERANES. Vista de un tramo de la antigua carretera Gijón-Oviedo, ya desdoblado, con un coche de obra en la calzada. / LUIS SEVILLA
La AS-II entra en servicio el domingo con un listón inicial de 20.000 coches al día
Asturias

La AS-II entra en servicio el domingo con un listón inicial de 20.000 coches al día

La antigua carretera Gijón-Oviedo recupera el protagonismo perdido hace 31 años, cuando se inauguró la autopista 'Y'

RAÚL ÁLVAREZ

Lunes, 7 de mayo 2007, 03:54

La metamorfosis definitiva de la antigua carretera entre Oviedo y Gijón le cambiará hasta el nombre. A partir del próximo domingo, la AS-18 pasará a ser conocida como AS-II, quedará desdoblada y se convertirá en la segunda autovía de la red regional. El Principado la concibe como una alternativa a la congestionada 'Y', a la que espera que alivie de unos 20.000 vehículos al día, y como un nuevo hilo de unión entre los grandes polígonos del área central. El director general de Transportes, Julián Bonet, ya ha asegurado que, a imagen de la autovía minera, esta será la autovía industrial de Asturias.

Los informes técnicos de la Consejería de Infraestructuras esperan que el impacto de la nueva autovía sea mayor en Oviedo. La Administración prevé que la intensidad media del tráfico alcance en menos de un año los 28.000 vehículos al día entre la capital asturiana y el enlace con las áreas industriales de Llanera y que esa cantidad se incremente en 2009, una vez inaugurado el Hospital Universitario Central de Asturias, al que dará acceso. En los alrededores de Gijón, entre el polígono de Porceyo y el centro urbano, se esperan 18.000 vehículos al día. Y otros 14.000 en el tramo central entre los dos extremos.

El desdoblamiento es la segunda gran transformación de la AS-18 en apenas cinco años. La antigua vía entre Oviedo y Gijón quedó relegada a un papel secundario hace más de 30 años, a principios de los 70, cuando el proyecto y la construcción de la 'Y' desplazaron la atención y el tráfico hacia la flamante autopista entre los vértices del triángulo Oviedo-Gijón-Avilés. Durante años, se vio reducida a poco más que una vía de servicio entre los núcleos de población de Llanera. Las cosas cambiaron en los años 90, cuando el desarrollo del área central hizo evidente que la capacidad de sus vías de comunicación era inferior al tráfico que generaba.

Puesta al día

El Principado se planteó entonces su transformación en una vía rápida en la que desaparecieron las travesías de poblaciones. La carretera se transformó en autovía a la salida de Gijón para absorber las necesidades de los polígonos de Roces y Porceyo, se construyeron viaductos y variantes para modificar el recorrido a través de Llanera y se construyó una nueva entrada en Oviedo. En las afueras de la capital, la expansión urbanística del barrio de La Corredoria y de la localidad de Lugones, ya en Siero, habían hecho de ambos núcleos dos cuellos de botella.

La respuesta fue la la vía rápida del Naranco, que discurre pegada a la falda del monte entre la glorieta de Pando, en Oviedo, y la rotonda que distribuye el tráfico hacia los polígonos de Llanera. Esa primera actualización de la AS-18, se inauguró, como la autovía minera, pocas semanas antes de las anteriores elecciones autonómicas, en mayo de 2003. Hace cuatro años, el objetivo era el mismo que ahora: robar tráfico a la 'Y' para descongestionarla.

Pero la principal arteria de Asturias, con una intensidad de circulación cercana a los 80.000 vehículos al día, es aún la primera opción de la mayoría de los conductores que se desplazan por el área central. Mientras se estudian mejoras en ella -la construcción de un tercer carril o de un carril para vehículos de alta ocupación-, Infraestructuras espera que la apertura de la AS-II alivie la presión de forma visible.

Nueva gasolinera

De la importancia que el equipo del consejero Francisco González Buendía concede a la autovía alternativa a la 'Y' dan fe las novedades en su construcción. Por primera vez, el Principado ha recurrido al denominada 'peaje en la sombra' para financiar una carretera. Las obras han supuesto la construcción de casi 21 kilómetros y han costado más de 135 millones de euros, pero la Administración no los abonará directamente. A cambio, pagará a la adjudicataria según el volumen de tráfico de la vía. El canon fijado establece tres céntimos por cada kilómetro recorrido por un vehículo ligero y más de cuatro por cada camión.

El contrato deja también en manos de la concesionaria el mantenimiento del viejo trazado de la AS-18 entre Venta del Jamón y Venta de Veranes, ahora reducida a vía de servicio, y el desdoblamiento de la AS-17 en Siero entre Lugones y el polígono de Bobes. Las estimaciones iniciales contemplan unos beneficios de más de 250 millones, aunque incluyen la explotación de una nueva área de servicio, aún no construida pero ya proyectada, hasta el año 2035.

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