

Secciones
Servicios
Destacamos
ANA SALAS
Sábado, 14 de abril 2007, 04:04
Una vitrina hermética con nitrógeno, unos sensores que garanticen una temperatura de 20 grados y un 55% de humedad relativa y dispuesta a una luz creada mediante fibra óptica y a oscuras cuando no se exhiba es la mejor forma de conservar el Santo Sudario sobre una superficie de policarbonato inclinada 30 grados. Antes, por supuesto, será necesario desproveerlo de la cortinilla de terciopelo rojo que lo cubre, «que transmite polvo a la tela» y coserlo por las esquinas a un nuevo tejido neutro.
Es la propuesta realizada ayer por la restauradora de tejidos antiguos y licenciada en Ciencias Químicas Socorro Mantilla de los Ríos y Rojas. Lo hizo en la primera jornada del II Congreso Internacional del paño y delante del Arzobispo, Carlos Osoro, el obispo auxiliar, Raúl Berzosa, el deán, Ángel Pandavenes y una buena representación del Arzobispado. A él le corresponderá tomar la decisión de cómo quiere conservarlo. Lo que está claro es que hay que tomar una decisión y que se hará tras el congreso.
La idea sugerida por Mantilla y apoyada por el presidente del Centro Español de Sindonología, Jorge Manuel Rodríguez, se opone en cierto modo a lo ideado inicialmente por el deán. En varias ocasiones ha hablado de su deseo de que el Sudario sea expuesto de forma permanente en la capilla de Santa Bárbara una vez se haya introducido en la vitrina. De ser así, «se pondría marrón en tres días», auguró Rodríguez. Además, no cree que Cultura permita llevar a la capilla la instalación «que no será un pequeño aparatito», dijo la experta. El deán, incluso, apuntó la posibilidad de que la urna pudiese moverse para que se sigan realizando las tres bendiciones del lienzo anuales. Mantilla vio este extremo «complicado».
Su apuesta y la del presidente del CES es guardar la reliquia y mostrar un facsímil. Eso sería en un museo en el que unos especialistas explicaran qué es el Sudario. El centro «más práctico, didáctico y pastoral», mostraría los hallazgos y sería un lugar «perfecto» para depositar los materiales que se han utilizado durante la investigación.
En un armario
Desde luego sería un cambio radical al estado actual, guardado en un armario de la Cámara Santa y con tres bendiciones al año. Si se sigue la propuesta, dejará de estar en el mismo armario y no podrá salir esas tres veces. «Será doloroso para el Cabildo, pero yo tengo que luchar por su conservación», lamentó Mantilla.
Si expertos y Arzobispado no llegan a un acuerdo, «intentaremos que se conserve en las mejores condiciones». Y una de las primeras 'exigencias' será eliminar el terciopelo que cada vez que se bendice golpea la tela. «Es una barbaridad y seguro que cae material», lamentó Rodríguez.
«Puede que la decisión para mejorar las condiciones de conservación de la tela no sea compatible con algunas circunstancias que le rodean», añadió Bruno Barberis, director del Centro Internacional de Sindonología y uno de los autores de la propuesta para conservar la Sábana Santa de Turín tal y como está ahora: en una urna de la que sale una vez cada 25 años. «Aquello causó una fuerte polémica, pero ahora está mucho mejor que estaba», explicó Rodríguez.
El estado del Santo Sudario pasó ayer por la boca de prácticamente todos los ponentes del congreso. Y aunque se conserva en buenas condiciones, está «contaminado», repitieron una y otra vez. En una ocasión se sacó a la calle un día de lluvia, ha convivido con objetos de otras épocas, tiene carmín, zonas quemadas, cera y estuvo entre los escombros de la voladura de la Cámara Santa en 1934
Carbono 14
Esa contaminación se ha constatado en el último estudio de Carbono 14. El pasado mes de noviembre, Felipe Montero, director adjunto del Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología (EDICES), se llevó un nuevo fragmento de tela. De «la zona menos visible, la parte de arriba», de 30 milímetros por 5. Lo envió al laboratorio Beta Analytic y el resultado confirmó la anterior datación: la tela pertenece al siglo VIII. En concreto, entre los años 660 y 890. «No del siglo I como esperábamos», lamentó.
Pero siguió. Explicó que hay un porcentaje de un 20% de error y que en el laboratorio le señalaron que la celulosa del lino se contaminó con «algo». En su microscopio encontró que «en la constitución de la celulosa hubo unos desplazamientos», lo que ahora se pregunta es a qué se debieron.
La hipótesis de que fuera «la resurrección» lo que causara esa modificación provocó un fuerte impacto entre algunos miembros del público. Era, precisamente, su turno de preguntas. La expusieron en más de una ocasión y tuvo que intervenir el director del EDICES, Guillermo Heras. «Conviene no ponerse nervioso. El Carbono 14 no puede ponerse en duda, habrá que seguir estudiando esta vía cuidadosamente».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.