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ATREVIDA. Susana posa, siempre sonriente y divertida, en una cafetería de la calle Uría. / JESÚS DÍAZ
«Arreglo mi huerta con  las botas blancas puestas»
SUSANA SOLÍS BALDAJOS COMPOSITORA Y CANTANTE INFANTIL

«Arreglo mi huerta con las botas blancas puestas»

AIDA COLLADO

Domingo, 4 de febrero 2007, 02:44

Ha puesto a bailar a miles de niños y a algún que otro padre. Susana Solís, la de 'El show de...', ha visto y aprovechado un nicho de mercado abandonado y descuidado. Antes muerta que sin sus minifaldas, trenzas y botas blancas, esta avilesina ha encontrado en Oviedo su particular Florencia de los Médici, con un público incondicional que la jalea, la apoya y, lo más importante para un artista, protesta si no ven su nombre en el programa municipal. Ha ocurrido ya en dos ocasiones.

-Antes de nada, explique eso de que usted es como un yogur...

-¿Con fecha de caducidad! Sé que llega un momento en la vida de mis fans en que dejan de escucharme, pero me gustaría que me recordasen como algo bonito de su infancia. Mi objetivo es prepararles para que luego escuchen otras cosas, que vayan escogiendo y forjando su personalidad.

-¿Es Susana un personaje?

-Ya me gustaría, a veces soy demasiado sincera. Los niños detectan muchísimo la falsedad, no les puedes vender algo que no eres.

-¿Baja a comprar el pan con la ropa de las actuaciones?

-(Risas). Mis vecinos alucinan porque me he comprado una casita con huerta, que me hacía muchísima ilusión, y cuando llego de trabajar me meto allí con las botas blancas puestas. ¿Son los zapatos más cómodos que he tenido!

-¿Nunca le han puesto ninguna pega por su moderna y atrevida forma de vestir?

-Todo lo contrario. A los niños les gusta y a los padres... también. Alguna vez se quedan mirando para las bailarinas... (risas) Pero son sólo anécdotas.

-¿Ante quien le gustaría actuar?

-Pues nunca lo he pensado.

-La infanta Leonor es la niña del momento, ¿no?

-No me haría especial ilusión. Prefiero actuar para los niños que me escriben y mandan dibujos. Seguro que a ellos les hace más ilusión. Les doy absoluta prioridad.

-Le ha llegado el éxito en un momento de declive de los grupos musicales infantiles. ¿A qué se debe?

-En cierto modo, me perjudica que ahora los espectáculos infantiles no sean rentables a nivel televisivo. No sé porqué en su día si lo fueron y ahora no. Entiendo que la televisión es una empresa, pero debería tener un amplio abanico de oferta y está totalmente cerrada. Luego, en la calle, la gente lo reclama.

-¿Cree que el problema está en una oferta limitada?

-No tienen mucho donde escoger. Además, se supone que hay que tener mucho cuidado con el contenido del producto y las temáticas infantiles porque la sociedad está muy sensibilizada al respecto, pero los dibujos que ven los niños distan mucho de lo deseable.

-Sus discos son didácticos, ¿da más consejos de los que cumple?

-El 90% los doy porque yo no los cumplo. Me fijo en las carencias que puedan tener los niños. Para componer recuerdo mi infancia, adolescencia y madurez. De hecho, muchas letras son un tirón de orejas para los adultos.

«Cantaré en bable»

-¿Nunca ha pensado cantar en asturiano?

-Es una promesa que tengo. El problema es que soy yo la que compongo y en mi vida personal no lo utilizo nunca, pero adaptaré alguna de mis letras. De todas formas, no creo que me vaya a sentir más arropada por cantar en bable.

-Donó los beneficios de la presentación de su nuevo disco 'Melele' a la causa saharaui. ¿Es muy generosa o gana mucho?

-¿No gano mucho! Tampoco me puedo quejar, pero puedo decir que soy de las artistas que menos cobra dentro de los grandes programas de Asturias. Lo que ocurre es que los espectáculos para niños los organizan al final, cuando ya no hay presupuesto. Yo estaba haciendo televisión, hice este disco porque me lo pedía la gente. Era para ellos y me parecía injusto cobrarlo.

-Pues muchos la acusan de ser cara...

-La gente que no está dentro del artisteo no se imagina la cantidad de dinero que se mueve en producciones de artistas conocidos o no. Lo que ocurre es que todo lo que sea para el público infantil les va a parecer caro. Cuando escucho que no puedo ir a ciertos sitios porque tengo un caché alto me apetece preguntarles cuánto cobran los demás. ¿Pero si actúo en pequeños pueblos sin ningún problema!

-En 'Melele' dedica una canción a los incendios forestales, ¿nunca es demasiado pronto para crear conciencia social?

-Jamás. Los niños son muy receptivos a esta edad. Se aprenden la letra de las canciones antes de saber el significado y luego lo recuerdan. Cuando una de las madres tira un papel al suelo, se desmarcan con uno de mis estribillos diciéndole que eso no está bien (Risas).

-Entonces, ¿la letra entra mejor con música que con sangre?

-Mucho mejor. Mi público es de diversas edades. Lo que a un niño de 13 años le parece ridículo, al de uno le entretiene. Es difícil mantener un equilibrio...

-¿Cómo atrae a los pre adolescentes con canciones infantiles?

-Pues a las chicas, por ejemplo, les gusta mi forma de vestir, las trenzas. Además, trato de incluir en los discos ritmos variados: hip hop, jazz, rumba...

-¿Se ha visto en las mantas callejeras?

-¿Me han dicho que estoy! Sinceramente, no me afecta mucho. Lo cierto es que la repercusión en cuanto a ventas discográficas es poca. De hecho, prefiero que se conozcan mis canciones y mi trabajo. Soy consciente de que es un problema para las empresas que se dedican a esto, pero mucha gente no se puede gastar tanto dinero en un disco. Entiendo que se graben.

-¿Es el anticristo de las videoconsolas?

-¿Qué va! Pero veo que es un problema real de los pequeños. Debo escuchar, estar atenta a lo que les sucede y contarlo, pero yo misma soy una adicta a la televisión. Me cuesta apagarla y salir de paseo.

-¿Qué grupos escuchaba de niña?

-Si lo digo se sabrá mi edad (Risas). Con cinco o seis años me encantaban Los Pecos, Camilo Sesto... Nunca me gustó la música de moda, siempre he sentido cierta debilidad por las canciones antiguas, las baladas. No soy una chica de Los 40 Principales. Me encanta el country, aunque creo que hay que disfrutar la música en todos sus ámbitos. Lo importante es descubrir que una pieza merece la pena.

-¿No se ha planteado dar el salto al panorama nacional?

-Claro que lo he pensado. Tengo la suerte de hacer un trabajo que me gusta y de vivir de ello, pero sin duda sería mejor económicamente. Además, hago demasiadas cosas: actúo en directo, compongo, hago las coreografías, participo en el vestuario... Acabo agotada y no me siento preparada para todo ello. Si triunfase a nivel nacional, me rodearía de buenos asesores.

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