Doña Letizia, más Reina que nunca

Su beso ayer fue el gesto del día. Porque si el momento más esperado de la ceremonia era el del traspaso a la princesa Leonor de la titularidad de los premios, el desliz del Rey lo convirtió en la anécdota de la jornada y a la vez en la secuencia de gestos más llamativos entre la pareja. El error se produce y doña Letizia no dudó en acercarse a don Felipe, cogerle fuertemente de la mano y darle un beso en la mejilla como señal de apoyo. Por un mometo, incluso, el rey pareció ruborizarse, pero con el espontáneo beso de doña Letizia y los aplausos del público todo quedó en eso, en una anécdota. La Reina llegó incluso a reírse, parecía decir 'no me lo puedo creer', aunque sus emociones en el Teatro Campoamor no suelen delatarla.

Ayer, no obstante, doña Letizia parecía especialmente conmovida en comparación con ediciones anteriores de los galardones. Primero, con el discurso de la periodista congoleña Caddy Adzuba, a quien escuchó con los ojos casi cerrados. Y después porque la ceremonia ayer estaba cargada de simbolismo. Cómo no estarlo además en este año en qu ha vivido acontecimientos de enorme relevancia histórica y los ha vivido como protagonista. Primero, la abdicación del rey Juan Carlos en su hijo don Felipe, lo que la convirtió en reina consorte de España y ayer, en Oviedo, su ciudad natal, con la convocatoria de los primeros premios Princesa de Asturias que proclamarán el título y nombre de Leonor, su primogénita, por el mundo entero asociada a los más elevados valores humanísticos, culturales y sociales. De ahí que doña Letizia, reina desde el 19 de junio, sonriera ampliamente cada vez que nombraron a su hija. Primero, en palabras de Matías Rodríguez Inciarte, y después en las de don Felipe. Estaba además guapa de azul sobre fondo azul, quizás algo más rubia, con espectaculares pendientes colgantes a juego y, claro, convertida en Reina de España solo diez años después de sentarse ante el mismo público como Princesa de Asturias.