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A. VILLACORTA
Jueves, 22 de octubre 2015, 04:30
Ninguno de los seis grupos políticos con representación en la Junta General quiso ayer dejar pasar la oportunidad de dar la enhorabuena a los representantes de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que fueron recibidos a las puertas del Parlamento regional por su presidente, Pedro Sanjurjo.
Tras firmar en el libro de honor tomó la palabra ante las autoridades civiles, militares y eclesiásticas el superior general de la Orden, Jesús Etayo, para «dar las gracias a todo el pueblo asturiano y, en particular, al gijonés» por el galardón y reclamar de las instituciones asturianas, con el Gobierno autonómico al frente, que «continúen respaldando» obras como la del Sanatorio Marítimo y que aborden «políticas de gran calado que afronten de raíz las causas de la pobreza y los desplazamientos» forzosos.
Pero el llamamiento no se quedó ahí y Etayo instó a toda la sociedad a volcarse con los golpeados por la crisis: «Se requiere más generosidad y más solidaridad por parte de todos».
«Es el momento de que todos hagamos un esfuerzo para dar acogida a tantas personas que buscan sobrevivir», dijo, porque «la hospitalidad es un imperativo ético. A esas personas que cada vez se ven más porque la sociedad de la opulencia cada vez las puede tapar menos».
Es la hora «de la dignidad y de la justicia», aseguró el máximo responsable de una Orden que lucha a brazo partido contra el ébola -«hay que seguir muy alerta»- y «en total sintonía con el Papa Francisco», porque «la misión de la Iglesia es cuidar de los más frágiles de la Tierra y superar la cultura del descarte en la que vivimos, que declara sobrantes a los excluidos».
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