Borrar
Por la mañana, llenó el Campus de El Milán.
El profesor, entre alumnos

El profesor, entre alumnos

Lledó mantuvo dos encuentros en la Universidad, donde negó que una imagen valga más que mil palabras «si no sabemos ver el mundo»

A. PIQUERO

Jueves, 22 de octubre 2015, 04:29

El programa en la jornada de ayer del Premio de Comunicación y Humanidades, Emilio Lledó, comenzó por la mañana en el Campus de Humanidades de la Universidad de Oviedo, donde profesores y estudiante de distintas disciplinas acudieron al encuentro que llevó por epígrafe 'El disfrute de la filosofía'. En el acto estuvieron la directora general de Universidades e Investigación del Principado, Cristina Valdés, y la decana, Carmen Alfonso.

En un escenario casi espontáneo, en una de las aulas del campus de El Milán, el profesor Lledó abordó distintas vertientes filosóficas y sociales con su habitual franqueza. Por ejemplo, estimó que «esa obsesión que hoy se tiene desde jóvenes con ganarse la vida es la manera más terrible de perderla», citando a Walter Benjamin. O que, abundando, la supresión paulatina de las Humanidades en la educación es «la forma más feroz, inhumana, inhumanística, incultural (pdidiendo excusas por la expresión) de perder la vida».

Yendo de la filosofía a la literatura, explicó su pasión cervantina y, en particular, por 'El 'Quijote', de cuya obra posee doce volúmenes que ha «machacado» y le siguen «enriqueciendo». Una pasión que ya le nació a los nueve años, cuando escribía las «sugerencias» que le inspiraban autores como el creador de las Novelas Ejemplares.

Durante la tarde, su comparecencia fue en en el Paraninfo de la Universidad de Oviedo, repleto -lo que ocasionó algún trastorno protocolario-, acompañado en diálogo por el editor de su último libro y catedrático de Filosofía, Juan Ángel Canal, y del director del departamento de Filosofía de la Universidad de Oviedo, Armando Menéndez Viso. Volvió a manifestar principios que recorren su obra y a los que atiende en su vida. Así, en esa constante preocupación por la palabra que le carateriza, la negación de un aforismo, aquel que asegura que 'una imagen vale más que mil palabras'. A su entender, «si no sabemos ver el mundo, las imágenes no nos dicen nada». Visión del mundo que se aprende a través de las palabras.

Previno, no obstante, ante la eventualidad de «escurrirse» en la comunicación, o sea, no aplicar el lenguaje en su construcción apropiada, que es la perspectiva crítica. Y yendo a Aristóteles, advirtió que «todos somos filósofos», pues todos pensamos. En la médula de esas reflexiones, «la trascendencia de la educación», a partir de la cual se constituyen las posibilidades del lenguaje crítico y mejores horizontes.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio El profesor, entre alumnos