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ANDRÉS SUÁREZ
Miércoles, 29 de marzo 2017, 03:36
La reforma completa del impuesto de Sucesiones y Donaciones, que se desarrolla en dos fases, supondrá una reducción de ingresos para las arcas del Principado de unos 30 millones de euros cuando esté operativa a pleno rendimiento. 20 millones corresponden a las medidas ya planteadas en el presupuesto de este año, que incrementó el mínimo exento para las herencias en línea directa hasta los 200.000 euros y corrigió el controvertido 'error de salto'. A esa cantidad hay que añadir otros 10,5 millones, el coste de aplicación de las iniciativas recogidas en el proyecto de ley pactado por PSOE y PP que, entre otras cosas, eleva ese mínimo exento hasta los 300.000 euros, abarata las donaciones en vida y facilita las transmisiones empresariales.
La revisión del tributo es el resultado de los acuerdos alcanzados entre socialistas y populares para evitar una segunda prórroga consecutiva y permitir al Gobierno de Javier Fernández sacar adelante el presupuesto de 2017. En las propias cuentas el Ejecutivo ya recogió tanto el incremento del mínimo exento hasta los 200.000 euros, un guiño que había realizado en las negociaciones con los grupos para procurarse apoyos, como la eliminación del 'error de salto' que ya había comprometido en campaña electoral. El impacto recaudatorio estimado es de unos 20 millones. El PP dio su visto bueno al texto presupuestario a cambio de una rebaja más ambiciosa a consensuar durante el año. El acuerdo se cerró el lunes y el borrador del anteproyecto se hizo público ayer.
El contenido del mismo es, a grandes rasgos, ya conocido: incremento del mínimo exento para las herencias en línea directa hasta los 300.000 euros, mejora de los beneficios fiscales que afectan a la adquisición de vivienda habitual por herencia, impulso de las transmisiones empresariales y cambios en el capítulo de donaciones para incentivar el traspaso de bienes entre personas vivas. La memora económica que acompaña al texto cifra en 10,5 millones la disminución de recursos para las finanzas del Principado.
En total, la merma de ingresos asciende a algo más de 30,5 millones de euros, según las estimaciones que maneja el Principado. Esa cifra corresponde al momento en que la totalidad de la reforma esté plenamente operativa, algo que no sucederá este año. Para 2017 se contempla una disminución de 10 millones en lo relativo a las medidas ya incluidas en los presupuestos y de menos de un millón en lo tocante al proyecto de ley pactado por socialistas y populares.
Las cifras son estimaciones porque el propio Ejecutivo admite la dificultad de hacer previsiones muy ajustadas sobre un tributo muy vinculado, entre otras cosas, a factores demográficos. El gabinete piensa que, más allá del innegable impacto que la reforma tiene sobre la recaudación, puede tener efectos colaterales positivos en la medida en que el incentivo a las donaciones entre personas vivas pueda contribuir a impulsar el consumo, así como las reducciones aplicadas sobre las transmisiones empresariales fomenten la actividad económica y el empleo. Los socialistas consideran que con este tipo de medidas se hace un impuesto más sencillo y progresivo, favoreciendo de una manera especial a los pequeños y medianos patrimonios
Los datos que maneja el Principado señalan que, una vez ese mínimo exento se sitúe en 300.000 euros, únicamente el 1% de los herederos en línea directa abonarán el impuesto. Apenas 200 al año, según sus cálculos. Cuando el mínimo exento estaba en 150.000 euros la media anual de afectados superaba por poco los 800.
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