Secciones
Servicios
Destacamos
ANDRÉS SUÁREZ
Sábado, 3 de octubre 2015, 00:15
Mucho va a tener que remar el Gobierno si quiere que la nave de los presupuestos llegue a buen puerto. No son buenas las sensaciones que fluyen por una Junta General fragmentada, cuyos protagonistas tienen un ojo -por no decir los dos- puesto en las generales del 20 de diciembre, lo que embarra el escenario. El presidente, Javier Fernández, con la derecha ya instalada en el 'no', juega la baza de un acuerdo con IU y Podemos para sacar adelante las cuentas de 2016 y ayer pidió «altura de miras» y aparcar los intereses electorales para alcanzar ese objetivo. Prometió un proyecto social que priorizará el sostenimiento de los servicios públicos, la atención a los colectivos vulnerables y el impulso del empleo, aunque esquivó uno de los puntos que se antojan capitales en la negociación: la fiscalidad. De la propuesta del portavoz de IU, Gaspar Llamazares, de medidas para que «pague más quien más tiene», poco o nada quiso decir.
La fiscalidad ejerció como asunto nuclear del primer turno de preguntas al presidente de la legislatura. Llamazares fue el primero en sacar los impuestos a escena, afeando al PSOE que toda su política al respecto sea una corrección del 'error de salto' en el impuesto de Sucesiones prometida durante la campaña electoral. IU, dijo, se compromete con un presupuesto «progresivo» en materia tributaria que exija un mayor esfuerzo a los más acaudalados para sostener la sanidad, la educación o el salario social. Ayer no hizo mención a ello, pero conocida es su apuesta por la eliminación de exenciones y el impulso de medidas fiscales 'verdes'. Pidió, además, voluntad de acuerdo para priorizar los servicios básicos, la inversión y la recuperación de los derechos de los funcionarios, porque la alternativa sería prorrogar las cuentas pactadas con el PP para 2015, lo que equivaldría a «prolongar los recortes».
En la réplica, Fernández apeló a la responsabilidad y confesó su «preocupación» por la «impostura» de algunos partidos al hilo de la próxima cita electoral. Pensar en el interés partidista va en contra de la prosperidad general, alertó, remarcando que su gabinete «no regateará esfuerzos» en la búsqueda del acuerdo. Trazó algunas líneas generales del proyecto llamadas a contentar a IU y Podemos, pero en materia fiscal se guardó las cartas, si es que las tiene. Más allá de defender la necesidad de un sistema progresivo, su única reflexión fue una crítica a Llamazares por su alusión al 'error de salto'. Una corrección -una herencia de menos de 150.000 euros no paga pero en cuanto supera esa cifra, abona más de 18.000 euros- que juzgó pertinente.
El debate fue áspero con la portavoz del PP, Mercedes Fernández, que volvió a recurrir a uno de sus temas favoritos, el impuesto de Sucesiones, para acusar a los socialistas de «acribillar» a tributos a los asturianos y de convertir la región en un infierno fiscal. «No es cierto», replicó el presidente, que acusó a su adversaria de «ponerlo todo perdido de tópicos» y de ocultar que regiones gobernadas por su partido -Madrid- promueven una competencia fiscal dañina para Asturias. Ironizó además con el miedo preelectoral del PP que, a su juicio, no sufre su presidenta en Asturias, «que si está curtida en algo es en derrotas».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.