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Noemí Martín, en la tercera planta de la Junta General.
«Podemos necesita una cura de humildad»

«Podemos necesita una cura de humildad»

Sobre la última legislatura, afea al PSOE que «si llegas a un pacto con el PP, tus políticas van a girar a la derecha»

OCTAVIO VILLA

Lunes, 13 de abril 2015, 00:30

La próxima campaña electoral autonómica será la primera desde la de 1995 en la que la candidatura de Izquierda Unida no incluya a Noemí Martín. Con su característica melena pajiza de rizos y su aire conscientemente hippie («nací en 1968, por eso será»), esta aún joven diputada lleva muy poco menos de veinte años en responsabilidades públicas (entre 2008 y 2011 dejó su escaño para ser consejera de Bienestar Social en el segundo Gobierno mixto del PSOE e IU). Ahora, esta trabajadora social se retira de la primera línea de la política regional. Pero promete seguir atenta.

Una profesional de su edad y con 20 años de experiencia está en la plenitud creativa y laboral, sin perder capacidad de innovación. En cambio, usted se va. O IU le da el relevo.

Es una decisión fundamentalmente mía, muy meditada, a raíz de la asamblea, en la que yo me presentaba a la coordinación general con un proyecto y un equipo, que suponía una transición y un cambio de dirección política. Era necesario un cambio, compatibilizando la experiencia de la dirección saliente y lo nuevo, desde el respeto. Y no hablo solo de gente joven. La asamblea decide que no, eso se frustra y yo inicio una reflexión, en la que creo que se necesita estar con mucha ilusión, mucha energía, y hay momentos en los que conviene dar un paso atrás, y no pasa nada. No me considero excluída por la dirección de IU. Sigo considerando a IU imprescindible en política.

Usted es trabajadora social.

Sí, pero sin plaza. Ahora estoy matriculada en la UNED, haciendo la adaptación a Bolonia, para sacarme el grado. Mi vocación es trabajar en el ámbito social, lo que también hice hasta desde la consejería. Es un ámbito que me apasiona y que me gustaría ejercer desde el otro lado de la barrera. Pero ahora me voy al paro y a buscarme las habichuelas, como cualquier español. Y a seguir colaborando con IU, que es mi casa.

¿Con qué se queda de estos veinte años? ¿Hubiera cambiado los tres años de Gobierno con el PSOE?

No, fue una experiencia única, porque conoces lo que es la gestión, que no tiene nada que ver con la visión que se tiene cuando se está en el Parlamento. Y para IU fue enriquecedora, con contradicciones y con conflictos, pero a la vez en una organización que aspira a gobernar y cambiar las cosas. Nuestro paso por el Gobierno fue muy importante para IU y para muchas cosas que se consiguieron que, sin IU, no habrían sido así. Nos aportó una trayectoria y una visión interesante, para una fuerza política que suele estar en la oposición.

Gato escaldado del agua fría huye. Cuando llegó la siguiente oportunidad de negociar un gobierno de coalición, IU rehuyó el compromiso, más allá de los apoyos puntuales.

Tenía que ver con una correlación de fuerzas distintas. No era lo mismo un escenario en el que la suma de PSOE e IU daba una mayoría absoluta que depender de otro partido, como UPyD, que era la llave de la gobernabilidad. Eso hacía muchísimo más compleja la gestión de un gobierno compartido que entre PSOE e IU, que ya de por sí tiene sus dificultades. En aquel momento defendí que IU tenía que jugar más un papel desde la Junta General que desde la gestión del Gobierno, y creo que no nos equivocamos. Aportamos en la medida de nuestras posibilidades, y aprobamos el primer presupuesto, y luego la relación con el PSOE se deterioró por muchas razones.

Al final, el PSOE pactó con todos menos con Foro, a lo largo de la legislatura. Eso tiene una doble lectura, la del 'todo vale' con tal de gobernar, o la de ser capaces de llegar a pactos con todos por responsabilidad.

Sí, es todo muy trasversal últimamente. Es un error. Los pactos son necesarios en política, pero hay que hacerlos sobre la base de los programas. Si llegas a un pacto con el PP, tus políticas van a girar hacia la derecha, indudablemente. De hecho, la prueba es el cambio en determinados aspectos de la política fiscal.

Que son cambios bastante menores, por otra parte.

Efectivamente, no todo lo que quisiera el PP. Pero dependiendo con quién acuerdes, vas a escorarte hacia un lado o hacia otro. No da igual con quién pactes. El mayor daño que hizo el PSOE a la izquierda fue el de pactar con el PP tanto a nivel regional como nacional en muchas ocasiones.

En su primera legislatura se produce el conflicto de Sergio Marqués con la dirección del PP. Y en la última legislatura, se suceden comisiones de investigación como las de los casos Villa, Renedo, Niemeyer, o también lo que ocurrió con el diputado de IU Ángel González. ¡Vaya escenarios!

Pues sí, la verdad. Yo pensé que en esta Junta General se había visto todo, pero con Marqués vimos por primera vez en España un presidente del Gobierno en el Grupo Mixto. Era lo nunca visto, y yo creí que no vería nada tan sorprendente. Pero parece que en Asturias somos capaces de superarnos a nosotros mismos cada día. Esta última legislatura fue muy complicada, difícil, pero seguramente aún no lo hemos visto todo. Yo, a partir de ahora, lo veré todo desde la barrera. Espero que en algunos casos sea para bien.

Haga sus vaticinios, pues.

Estoy convencida de que vamos a ir a un Parlamento muchísimo más fragmentado que el actual. Eso va a complicar mucho la gestión. Es evidente que Podemos va a entrar. No tengo claro lo que pasará con Ciudadanos, pero en política las marcas aún influyen mucho. Esto va a obligar a buscar alianzas que no van a ser fáciles. Eso requerirá un esfuerzo de diálogo mucho mayor.

Experiencia y renovación

¿La vuelta de Llamazares a la política asturiana se produce obligada por el 'efecto Podemos', una vez que fue evidente que IU y Podemos no iban a llegar a un acuerdo?

No. Yo, que defendí a Gaspar como candidato...

...bueno, Llamazares no es lo que se dice renovación, actualmente...

...no, no es renovación, pero creo que aunque es importante, debe ir acompañada de la experiencia. La decisión es fundamental, porque somos conscientes de que IU está en un momento difícil. Complejo. Y hay que asumirlo así, no se puede negar la realidad. Creo que en este caso tenemos que tirar de lo mejor que tenemos en IU, y Gaspar es un político con una trayectoria de honestidad, de trabajo y con una experiencia con quien tenemos que trabajar para aspirar a presidir el Gobierno de Asturias.

Con Llamazares o con otro candidato, de momento parece que Podemos se va a llevar buena parte de esos votantes tradicionales de IU que no tienen carnet.

Sí. Indudablemente, tenemos la experiencia de Andalucía. IU está muy acostumbrada, por su historia, a sobrevivir, y a atravesar por momentos muy difíciles. Creo que la candidatura de IU en Asturias tiene que trabajar muy bien en explicar lo que hemos hecho en los últimos años. Tenemos una trayectoria, con luces y sombras, con aciertos y errores, pero importante y sólida. Eso es lo que podemos aportar. Dice nuestro candidato en Madrid que somos el corazón de la izquierda, sin pretender ser los únicos. Creo que la izquierda es muy plural, pero tenemos que aprender a convivir, que nos cuesta mucho, a veces. Yo siempre digo que es necesario sumar para conseguir los objetivos que buscamos, y en la izquierda a veces somos excesivamente cainitas. IU, ahora mismo, tiene el riesgo de que Podemos le arrebate gran parte de su voto tradicional, y tenemos que reflexionar sobre en qué nos equivocamos.

¿Admite que se equivocaron?

Puede haber una parte injusta, pero también nos equivocamos. Tomamos una decisión errónea que marcó un antes y un después, porque en las elecciones europeas teníamos que haber hecho un esfuerzo de generosidad y suma en un momento en el que los ciudadanos reclamaban eso, viendo lo que pasaba en este país.

Nadie se creía hace un año que Podemos fuese a tener ese apoyo.

Hay que tener visión de futuro, más generosidad y saber sumar. Izquierda Unida estaba en un momento mucho más dulce. Es fácil decirlo ahora, seguramente. A nivel estatal, en aquel momento, hubo ese debate, para hacer una candidatura amplia. Hubo contactos.

¿Y ya entonces les rechazaba Podemos?

Nos rechazaban ellos y nosotros tampoco facilitábamos mucho las cosas. Es verdad que visto con perspectiva es más fácil hablar, pero también lo es que hubo ese debate interno. Cometimos un error, pero no sirve de nada mirar hacia atrás. Hacia delante, es claro que Podemos necesita una cura de cierta humildad. Cuando se llega a la política, aunque llegues arrasando y estés en un momento importante, hay que ser humilde, hay que saber que aunque vayas muy bien, hay que ser generoso, saber sumar y saber escuchar y aprender.

«Decirlo y hacerlo»

Esa cura de humildad la pueden estar recibiendo, de forma diferida, con lo que le está pasando a Syriza.

Puede ser, sí. Hacer propuestas puede ser muy fácil, pero lo importante en política es decirlo y hacerlo. Por eso digo que la humildad es fundamental. Eso no quita para reconocer que es una fuerza con un respaldo importante de la ciudadanía. Y yo les respeto profundamente. Pero IU tiene mucho que aportar en el ámbito de la izquierda: fundamentalmente, trayectoria y experiencia.

Desde esa experiencia. ¿Qué solución tiene una región como Asturias, con 100.000 parados, un gran descenso de afiliación a la seguridad Social, la población envejecida, baja natalidad y algunos sectores económicos claramente necesitados de una amplia renovación?

Ójala pudiera yo dar una solución en pocas palabras. Desde que estoy en política, la situación de Asturias suele ser bastante catastrófica, en líneas generales. Estos veinte años se iniciaron con todas las crisis de los sectores básicos asturianos, de la siderurgia, de la minería, del campo, de la pesca, que es lo que sostiene la economía asturiana y que lleva en crisis mucho tiempo, con muchas reconversiones más o menos traumáticas. Y, ahora, con una situación que no se puede valorar como positiva. Asturias tiene que hacer un esfuerzo en sectores nuevos, es necesaria esa diversificación de la que tanto se habla. Hablamos mucho de I+D+i, pero no se desarrolla en la medida en que se podría y Asturias sigue conviviendo con lo que siempre tuvo. Hay que mantener lo que se pueda, y el sector industrial ha de ser importante, pero es necesario ir buscando otra base económica. Hay que cambiar la mentalidad a favor de las pymes y los autónomos. Y abrirse a otros yacimientos de empleo, como el medioambiental. Y hay que mantener los servicios públicos. No sólo como generadores de empleo. No son un gasto, son inversión en calidad de vida.

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