Sosa Wagner prevé una rebelión de los líderes regionales de UPyD contra Díez

El ex eurodiputado de UPyD Francisco Sosa Wagner ve a la formación a la que hasta hace unos meses representó en Bruselas en caída libre, al borde de una fractura irreversible. Considera el catedrático de Derecho Administrativo, con una larga vinculación con Asturias, que esa grieta comenzará a materializarse en el alejamiento de los líderes territoriales de la dirección nacional, disconformes con el enrocamiento de Rosa Díez y su negativa a cualquier tipo de aproximación a Ciudadanos. Y que se plasmará en una declaración virtual de «independencia» de los 'barones', que «tratarán de salvar los muebles como puedan: bien formando candidaturas propias, bien uniéndose» a las del emergente partido de Albert Rivera. La clave, con todo, será el devenir de la reunión del consejo político de la organización que se celebra mañana y en la que Díez someterá a debate su gestión y su continuidad. Cuenta, en principio, con apoyos suficientes, aunque nadie descarta sorpresas visto el tremendo malestar interno.

En caso de concluir esa reunión con un aval a la posición de Díez, dispuesta a seguir al frente de la organización y contraria a cualquier entendimiento con Ciudadanos, Sosa Wagner piensa que las distintas organizaciones territoriales de UPyD «se irán distanciando poco a poco» de Madrid, de manera que es probable que en un breve plazo de tiempo «los directivos nacionales se conviertan en generales sin oficiales ni soldados». Desde esa independencia, los 'barones' tendrían manos libres para conformar sus propias listas o sumarse a las de Ciudadanos. El ex eurodiputado no descarta que, llegados a ese punto y «para evitar mayormente el ridículo», Díez y su equipo -«lo que queda de la dirección nacional»- decidan «declarar la autocefalia» de las agrupaciones territoriales, dándoles libertad para actuar, «al modo como hacen en las iglesias orientales cristianas los patriarcas que deciden liberar las provincias eclesiásticas del yugo de su autoridad».

A esa cita de mañana, en la que Díez se someterá a una suerte de cuestión de confianza, llega UPyD partida en dos. Su rueda de prensa posterior al batacazo en Andalucía, en la que se mostró dispuesta a seguir y rechazó de plano cualquier acercamiento a Ciudadanos, soliviantó a quienes ya defendieron en el pasado esa aproximación en busca de conformar una 'tercera vía' -entre ellos el diputado asturiano Ignacio Prendes y el citado Sosa Wagner- y provocó una catarata de renuncias internas de cargos que hasta ahora habían respaldado a la lideresa pero que, tras el resultado electoral del domingo, creen que ha llegado el momento de decir basta. Pero en un partido político una cosa son las sensaciones y otra los números. Y ambas piezas no siempre encajan.

El consejo político de UPyD está formado por 150 miembros. En el entorno de Díez se considera que una mayoría de ese 'aparato' sería afín a las tesis oficiales, lo que permitiría salvar la situación al menos hasta las próximas elecciones municipales y autonómicas de mayo. Inicialmente los críticos también analizaban el escenario con pesimismo, pero el malestar creciente de los últimos días les hace ahora pensar que no todo está perdido.

Está por ver qué sucede si Díez impone sus tesis. Si se produce esa rebelión que sugiere Francisco Sosa Wagner, una sensación que en privado comparten otros dirigentes que pronostican una «catástrofe» en la cita electoral del 24 de mayo, o si las aguas se calman en espera del dictamen de las urnas. Porque otro fracaso, entonces sí, acabaría con la lideresa.