Ocho minutos de incógnita

Ocho minutos es el tiempo en el que se guardan las tres principales incógnitas del vuelo 4U9525 de Germanwings, accidentado ayer en los Alpes franceses. Esos ocho minutos contabilizan el progresivo descenso de aproximadamente 1000 metros por minuto del Airbus, hasta el impacto a 700 km/h, es decir, tan sólo 100 km/h menos con respecto a la velocidad de crucero. Si hubo fallo repentino de presurización, y los pilotos quedaron inconscientes, ¿por qué el avión no mantuvo ruta y velocidad constante, como sucede cuando el piloto automático gobierna el aparato?

Si el fallo fue de las sondas de temperatura exterior por congelación y el Airbus se hizo ingobernable, ¿por qué no se procedió a la desconexión de los ordenadores que suministran y gestionan los datos del vuelo, tal y como parece que el fabricante indica en sus procedimientos de emergencia?

Si los pilotos continuaban al mando del aparato, ¿por qué no hubo comunicación con el control francés, pese a que éste intentó en varias ocasiones contactar con el avión sin resultado? Habrá que esperara a que las cajas negras den respuesta a esos ocho minutos de incógnita del malogrado vuelo 4U9525.

El secretario de Estado francés de Transportes, Alain Vidalies, ha insistido en que todas las hipótesis siguen abiertas, incluida la de un atentado terrorista, aunque sí se ha descartado que el aparato explotase en pleno vuelo. "Tenemos un descenso durante ocho minutos en silencio, ese es uno de los misterios. A las 10.31 (09.31 GMT) se produjo el último contacto. No es un descenso muy rápido, sino casi normal".