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El 'corro' de Vega la Piedra, en la Montaña de Covadonga.
Desde el  Enol hasta la  Vega la Piedra

Desde el Enol hasta la Vega la Piedra

El entorno de los Lagos de Covadonga presenta rutas fáciles para caminantes noveles y niños

BERNARDO CANGA / CARMEN PIÑÁN

Viernes, 7 de abril 2017, 02:22

Ssubir a los Lagos de Covadonga es una buena opción para estos días, pero desde allí parten un buen número de rutas fáciles, aptas para todos los públicos, que bien merecen un pequeño esfuerzo. Ordiales es uno de los enclaves maravillosos que merece la pena visitar. Para acceder a ese lugar se pasa por las vegas y majadas de Enol, La Cueva y del Huertu; así como de La Piedra, Canrasu, La Rondiella y Vega Redonda. Pero hasta aquí, desde el Enol, son unas tres horas de caminata, primero por pista y luego por sendero ascendente, señalizado. Aunque alguna senda puede perderse en estos montes, pues hay algunos atajos con pisadas que pueden despistarnos.

Desde Vega Redonda quedan otro par de horas de ascendente caminata hasta el Mirador de Ordiales, donde está enterrado Pedro Pidal. Por eso, como es largo el paseo, proponemos llegar solo a Vega la Piedra, encima del 'Mirador de Rey', y ver el bosque de Pome, bajo el Monte La Cerezal, donde queda algo de senda romana, empedrada, para subir a la sierra Deu, o Les Vidrioses y Gurbiñales.

Pues bien, saliendo del lago Enol o bien del collado Les Veleres o de la Vega de Enol, una pista nos lleva por el medio de esta vega. Después de pasar junto a las cabañas de Vega la Cueva, la pista sube hacia Pan de Carmen. En este collado el camino se divide en dos, uno que conduce, de frente, al Mirador del Rey y al bosque de Pome; y otro que gira a la izquierda, bajando, al Este, a la Vega del Huertu y Pozu del Alemán. Aquí termina la pista, de unos 4 kilómetros. Luego seguimos por 'caleyón', cruzando el río Pomperi. En la subida a Vega la Piedra, a la derecha, se pueden ver restos de la antigua calzada, con empedrado y contrafuertes, que va al mismo lugar que el actual sendero, a Vega la Piedra, donde hay varias cabañas y una gran roca, que da nombre a la zona. Aquí podemos finalizar la marcha, tras una hora y media. Y, frente a esa gran roca, a unos cien metros está un curioso 'corro'.

Allí está posiblemente desde hace siglos; medio escondido, junto a la llamada Vega la Piedra. Los 'corros' son construcciones de origen castreño, de planta circular y totalmente de piedra, con falsa bóveda (y, ocasionalmente, con una salida de humos en el techo). Algunos están cubiertos por 'tapines' vegetales; siendo las cabañas pastoriles más antiguas de España, en algunas zonas llamados 'chozos'. Y anteriores a las pallozas o 'teitos' de techumbre vegetal (y no solo circulares).

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