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ROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Lunes, 19 de febrero 2018, 01:58
Es muy típico de las películas norteamericanas. Un matrimonio se separa. Ambos son citados en una sesión en la que se reparten los bienes comunes. Cada uno intenta llevarse el mayor número de propiedades, aunque al final llegan a un acuerdo. Esta situación también se da en la realidad. Hace cuatro años, en la capital del Principado se creó el Instituto de Administración de la Mediación con el objetivo promover alternativas en la resolución de conflictos. Desde hace tres meses Lucía Iglesias Gil es su responsable después de que la junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Oviedo le nombrase directora de este organismo. A sus espaldas, esta abogada de familia lleva trece años solucionando conflictos y enseñando a los más pequeños de la casa que no siempre hay que recurrir a los tribunales para resolver un problema de calado.
-¿Qué es la mediación?
-Un método de resolución de conflictos extrajudicial y que cuenta con innumerables ventajas. Una de las más importantes es que los implicados se sientan cara a cara para exponer su opinión. De esta forma, se consigue un ambiente neutro de debate y que cada persona exponga su punto de vista.
-¿El mediador se encarga de resolver el problema?
-No y esa es la diferencia con el método judicial. Cuando una persona interpone una demanda, es un tercero -ya sea un juez o un árbitro- el que dicta una solución. El problema surge cuando llega la sentencia y las partes no están satisfechas con lo dictaminado. Esta situación no se da con la mediación, ya que las conclusiones son un traje a medida para los implicados.
-Supongo que no será fácil llegar a este final...
-Para eso está la figura del mediador. En un principio, los implicados tienen unas posiciones férreas. El trabajo del especialista es llevar a las personas a un clima de entendimiento para buscar una solución que les agrade.
-En países como Estados Unidos la mediación es obligatoria. ¿Qué pasa en España?
-Es un proceso voluntario. Las partes vienen porque quieren y si no les gusta el proceso o sienten que no están en el momento adecuado para negociar cara a cara, pueden dejarlo.
-Si esta situación ocurre, el siguiente paso es ir a los tribunales. ¿El mediador puede ser llamado como testigo durante el juicio?
-No. En este proceso impera siempre el proceso de confidencialidad y solo va a salir de la sala lo que acuerden las partes.
-¿En qué ámbitos de la vida funciona la mediación?
-Tradicionalmente este método se relaciona con los conflictos familiares y por ejemplo se usa cuando hay problemas con una herencia, en el régimen de visitas de los abuelos con sus nietos o en un divorcio. Pero también se pueden aplicar estos métodos para asuntos civiles y mercantiles.
-¿Qué problemas pueden surgir en estos dos últimos ámbitos?
- Una persona ha dejado de pagar el recibo de la comunidad. En vez que acudir a los tribunales, los afectados pueden contratar un servicio de mediación y llegar a una solución sobre cómo puede el deudor pagar estos recibos.
-También son satisfactorios los resultados obtenidos en el mundo empresarial.
-Sí y la mediación se puede usar por ejemplo en un traspaso de poderes. Sin ir más lejos, uno de los casos que se ha tratado es que muere el creador de una empresa familiar y se debe buscar a la persona que siga su legado. En muchas ocasiones el problema trasciende de los lazos jurídicos y entran en juego los sentimientos. Para estos casos, la mediación es ideal.
-¿La gente es consciente de que puede resolver sus problemas sin acudir a los tribunales?
-No. La figura del mediador aún es muy desconocida en España...
-¿En qué consiste el proceso?
-Los implicados son invitados a una sesión informativa. Lo ideal es que en esta cita estén todos los involucrados para que después no hayan críticas de imparcialidad. Cuando la gente está conforme con el proceso, se convoca una reunión constitutiva. Ahí se analiza qué quiere cada uno, se firman los documentos de confidencialidad, se hace un estudio de los problemas y si hay interés para solucionar la situación.
-¿Desde el principio se informa de cuántas sesiones se van a celebrar?
-Se hace una orientación. Los procedimientos pueden variar por segundos y este proceso puede demorar más o menos tiempo. Eso sí, antes ponemos encima de la mesa un presupuesto. Cuando los implicados están conformes con todo, se inicia la mediación.
-¿Cuántas sesiones se suelen hacer para resolver un conflicto?
-Las que se necesiten. Pueden ser tres, cuatro, cinco,... Cuando ya hay un acuerdo, el mediador redactará con lenguaje llano las conclusiones para que los implicados entiendan qué acuerdos se han adoptado y después el abogado dará al documento un lenguaje jurídico.
-¿Qué papel juegan los abogados en todo este proceso?
-Son una figura fundamental porque el mediador no puede aconsejar jurídicamente a las partes. Si surge cualquier duda durante una sesión, el especialista dirá a los afectados que consulten a sus letrados y después se retomará la sesión.
-¿Nunca está presente el abogado durante una mediación?
-Se tiene que crear un clima de confianza y seguridad para que las partes se sientan a gusto. Si tú acudes a una sesión y enfrente tienen el abogado contrario, tu reacción puede ser rechazo.
-¿Pueden ser una persona que no tiene nada que ver con la justicia, mediadora?
-Por supuesto. Mediador puede ser cualquier persona que tenga estudios superiores, una formación específica de cien horas y que acuda de forma periódica a nuevos cursos.
-Usted está preparando unas jornadas para enseñar a la gente qué es un mediador, ¿cuándo se celebrarán?
-Me gustaría que estas jornadas se celebrasen en primavera, pero aún no tenemos fechas. Habrá sesiones especializadas y también algunas charlas abiertas a todos los públicos.
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