Oviedo, Morcín y Ribera se unen para potenciar la ruta al Monsacro

Pocas etimologías hay más sencillas de intuir que la del Monsacro. La cima morciniega, con sus 1.054 metros sobre el nivel del mar, tiene algo de misterioso y sagrado desde el Neolítico. Sus dos ermitas, la de Santiago -octogonal y templaria- y la de la Magdalena, de estilo arquitectónico románico, fueron construidas sobre complejos megalíticos. Muchos años más tarde, la tradición sitúa las reliquias salvadas de Toledo ante el avance de los árabes, escondidas en su entorno. Una ruta aspira a unir de nuevo la Cámara Santa con la cima. Primero con una marcha desde el relicario de la Catedral hasta el Monsacro el próximo 23 de junio y, el año que viene, con la promoción de la ruta como atractivo turístico y natural.

El alcalde, Wenceslao López y el concejal de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramos, recibieron ayer al alcalde de Morcín, Jesús Álvarez Barbao; al concejal de Urbanismo de Ribera de Arriba, Miguel Ángel Sainz; al representante de la Plataforma Amigos del Monsacro, Fernando Delgado; y al presidente de la Federación de Montaña del Principado, Juan Rionda, para «buscar la fórmula para coordinarnos», explicó Del Páramo. Se trata de buscar una imagen para la ruta, establecer un modelo de señalización común a los tres municipios «y comparable al que queremos para el resto de sendas de Oviedo». La ubicación ideal de las señales, los hitos de esta camino de los '20.000 pasos' los estudiará la Federación de Montaña, con la intención «de que el año que viene pueda estar lista», adelantó el concejal. El Ayuntamiento por su lado estudia alternativas para un camino que, en su versión primigenia, obligaría a los senderistas a cruzar la macrourbanización desierta de La Manjoya. «Estamos mirando alternativas más naturales».