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IDOYA REY
Jueves, 14 de abril 2016, 03:08
Son días extraños para los trabajadores de la calle Uría; días de idas y venidas, de viajes para recoger discos duros y expedientes urgentes y de incertidumbre ante la falta de una fecha concreta para recuperar su normalidad; pero también son días de solidaridad. «La solidaridad que hemos recibido ha sido abismal», comentaba ayer la letrada Patricia Esteban García, con su despacho en el tercero del 56 de la calle Uría, uno de los edificios desalojados tras el incendio y posterior derrumbe de su inmueble vecino, el número 58.
Muchos compañeros letrados se han volcado con los afectados, con esos bufetes instalados en la manzana afectada por el fuego. Hay incluso abogados que han perdido todo, su despacho a quedado completamente calcinado. «Lo nuestro es un poco de suciedad y olor a humo, no es comparable con la situación terrorífica de familias y compañeros que lo han perdido todo. Nosotros volveremos, pero otros no podrán», insiste la abogada.
Coincide con ella un letrado vecino de edificio, Luis Fernández del Viso. «Nosotros, como la mayoría de compañeros, tenemos el despacho digitalizado. El mayor problema es atender a los clientes, pero el Colegio de Abogados de Oviedo nos ha ofrecido salas desde el primer momento», cuenta. Ambos letrados elogian la disposición del órgano colegial que ha «puesto a disposición todas las instalaciones. Y también muchos compañeros han ofrecido sus despachos como Ana Miralles, Marcelino Tamargo, Pablo Mori, Iván Díaz Tamargo, Rafael Gómez Goñi, Alfonso Paredes, David Sota y Lydia García, entre muchos otros», enumeran.
Los letrados son uno de los colectivos más afectados por ese cierre provisional de los inmuebles hasta que los técnicos garanticen su seguridad. Han instalado sus despachos en sus casas, con esos archivos digitalizados con los que cuentan, o en los despachos de algunos amigos. Joaquín Álvarez de la Riva se ha instalado con un amigo y de momento ha optado por no aplazar juicios, para no acumular más trabajo. Lo mismo que Fernando de Barutell, que ha celebrado las vistas previstas.
Parte de los comercios y oficinas afectadas han creado una plataforma para dirimir las reclamaciones que puedan derivarse por los inconvenientes sufridos. Aunque todos coinciden en un agradecimiento a los bomberos, «que impidieron que las llamas arrasaran toda la manzana y se dejaron la vida».
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