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IDOYA REY
Domingo, 10 de enero 2016, 00:18
El museo sobre la cerámica de Faro no tiene todavía continente, pero el contenido aguarda a que se desbloqueen las trabas para el proyecto arquitectónico. Además de todas las piezas y el taller que el último alfarero de la localidad, José Vega, 'Selito', cederá para ese museo, el centro ya cuenta también con contenido audiovisual: ayer se presentó el documental 'Los procesos del barro'.
La idea es que la película documental de 39 minutos de duración sirva para que los visitantes de ese futuro museo conozcan la historia de esta cerámica centenaria. Pero también que sirva de divulgación hasta que ese momento llegue. «El documental ha sido realizado por Raquel Suárez y Sergio Caballero y ofrece un recorrido por los diferentes procesos del barro, desde la extracción, amasado, cocción y esmaltado hasta la decoración, hasta que la pieza está terminada», describe Toño Huerta, responsable del proyecto museológico del Centro de Alfarería de Faro. El filme también repasa las piezas más emblemáticas de la localidad, siempre relatado por Selito, un narrador que conoce al detalle todos los pormenores del oficio.
El documental, que dejó ayer pequeña la sala del Centro Social de la localidad, rescata además las imágenes grabadas en 1974, la última vez que se encendió el horno antiguo para la cocción de las piezas, momento que fue documentado por José Manuel Feito. Todos los grupos municipales del Ayuntamiento estuvieron presentes en el acto, así como la directora general de Patrimonio, Otilia Requejo. Un acto en el que además la Asociación de Amigos de la Alfarería de Faro, surgida en 2014 para recuperar la cultura alfarera, estrenó premio.
El Barbón de Faro
Dentro de las actividades que el colectivo organiza para librar del olvido a la cerámica, ayer entregaron la primera edición del premio Barbón de Faro, un galardón que pretende homenajear y distinguir a todas aquellas personas, asociaciones e instituciones que colaboran en la divulgación y conservación de la alfarería de Faro. Y nada mejor para representar ese esfuerzo que el barbón, el cántaro de agua de Faro que fue Primer Premio Nacional de Alfarería en 1976 y que tiene dos modelos, el decorado y esmaltado con la páxara y otro en barro negro. La pieza se fabrica en la localidad ovetense desde el siglo XIV y, con sus tres asas, es una de las más características de la cerámica de Faro.
«Estoy muy emocionada por este premio. Han pasado muchos años desde que comenzara el estudio de la cerámica de Faro», comentaba la homenajeada, la historiadora del arte y etnógrafa Esperanza Ibáñez de Aldecoa Lorente. Fue ella quien en 1985 escribió la primera publicación sobre la cerámica. La historiadora madrileña pasaba sus vacaciones en una casa familiar en Piloña y allí comenzó a interesarse por la cerámica. Un vecino, Leopoldo Palacio, tenía una importante colección que le metió el gusanillo en el cuerpo. Pronto los alfareros de la zona le hablaron de Faro y su trabajo fin de carrera fue sobre su cerámica. A partir de ahí comenzaría un trabajo de documentación y recuperación de modelos decorativos que no ha terminado todavía. «Que haya un sitio al lado de Oviedo con una historia de más de 1.000 años me parece que es más que una oportunidad. Además todavía queda memoria etnográfica en la zona», animaba ayer muy emocionada.
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