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Numerosas personas se concentraron ayer en Oviedo para expresar su repulsa por la muerte de María Isabel.
La muerte a golpes de María Isabel Márquez eleva las protestas contra la violencia machista

La muerte a golpes de María Isabel Márquez eleva las protestas contra la violencia machista

Jorge P. V. dejó cuatro notas en las que confesaba haber asesinado a María Isabel Márquez Uría

Ana Salas

Martes, 10 de noviembre 2015, 00:22

María Isabel Márquez Uría murió a manos de Jorge P. V., su pareja de los últimos años, que ayer por la mañana se entregó a la Policía en Gijón. La mató de tres golpes en la cabeza que le propinó con unas mancuernas metálicas. La Policía Nacional encontró ayer por la mañana el cuerpo sin vida de la mujer, de 65 años, en la vivienda en la que llevaba varias décadas residiendo en el centro de Oviedo. Según explicaron los vecinos, muy sorprendidos ante el suceso, el presunto autor del crimen, de 51 años y natural de Barcelona, vivía también en la casa, un primer piso de la calle General Zubillaga. Confesó lo ocurrido por escrito. Una de las notas la dejó en el buzón de una oficina del citado inmueble en la que informaba de que había matado a su pareja y que para cuando se supiera, él ya se habría suicidado. Dejó también las llaves del domicilio.

Cuando la empleada encontró el manuscrito llamó a los agentes que, inmediatamente, se trasladaron al domicilio. Accedieron sin tener que forzar la puerta de la vivienda. En su interior encontraron el cadáver de María Isabel Márquez Uría tendido en la cama y las mancuernas con las que había sido asesinada en el suelo. Su presunto verdugo había dejado además otras tres notas escritas.

Poco después de que la Policía hallara el cadáver en la céntrica calle, su presunto asesino se entregó en Gijón. La Policía Nacional le detuvo al momento y ayer por la tarde lo trasladó a la ovetense comisaría de General Yagüe. Está a la espera de pasar a disposición judicial acusado del asesinato de su pareja. Según informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), en los Juzgados de Oviedo no consta ninguna denuncia previa por violencia de género presentada por la víctima.

Toda la tarde estuvo la Policía Nacional en la vivienda recabando pruebas al tiempo que le practicaban la autopsia a la víctima para tratar de averiguar cuándo falleció. Los agentes tuvieron que pedir a un vecino enchufar un foco porque la vivienda no tenía luz. El pasado viernes y el sábado, Jorge P. V., al que le constan antecedentes policiales, no durmió en el domicilio, sino en un céntrico hotel de la ciudad, por lo que pudo haber matado a María Isabel Márquez a lo largo del fin de semana o, simplemente, haberse marchado de casa. El domingo se le vio pasear por la calle Valentín Masip.

«Normal y agradable»

En la primera planta del número 7 de General Zubillaga, la mayoría de los pisos son oficinas. Los pocos vecinos que quisieron hablar con los medios de comunicación aseguraron que no habían escuchado nada fuera de lo habitual en los últimos días, ni golpes ni fuertes discusiones. Los consideraban una pareja «normal» y a él un hombre «agradable».

Angelina Fueyo trabaja en un despacho de abogados ubicado en la misma planta en la que residía la fallecida, a la que conoció a raíz de la separación de su marido, un psiquiatra con clínica en Gijón con el que tuvo un hijo, de 32 años, que vive en Londres. Las dos mujeres habían estrechado su relación al margen de lo laboral. Tomaban café de vez en cuando y María Isabel Márquez Uría le contaba qué tal marchaban las cosas. «Estaba feliz con este hombre», relataba ayer apesadumbrada sin salir aún del asombro. Planeaban, incluso, comprarse un piso juntos, porque el de General Zubillaga era solo de ella.

Pensaban cambiarse de domicilio, dejar la calle donde se ubica el Club de Tenis, del que había sido socia hasta hace a penas un año aproximadamente, momento en el que decidió darse de baja. Con su traslado también se alejaría de su hermana Cristina, residente en una calle aledaña, en la misma vivienda donde antes lo hizo la madre de ambas, ya fallecida. Siempre según la versión de algunos vecinos que las conocían, hacía tiempo que ambas hermanas no tenían buena relación. María Isabel Márquez Uría tiene otra hermana más, Carmen, profesora de Filosofía del colegio San Ignacio. La víctima estaba jubilada.

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