Wenceslao López, alcalde contra pronóstico gracias a la «generosidad» de Somos e IU

Media hora antes de que comenzara el Pleno municipal de elección del nuevo alcalde de la ciudad todo apuntaba a un nuevo mandato del Partido Popular, con Agustín Iglesias Caunedo a la cabeza. Pero tachones de última hora en discursos en las mismas escaleras del edificio Consistorial y cuchicheos ya con la nueva Corporación sentada dieron un vuelco a lo previsto. Con una sala en vilo, con el suspense alargado hasta el último momento, Somos e IU decidieron votar la investidura del socialista Wenceslao López como alcalde. Tomó el bastón de mando contra todo pronóstico.

El acuerdo, reconocieron sus propios protagonistas tras la vorágine de la tarde, se fraguó apenas quince minutos antes del comienzo del Pleno. Por la mañana Somos, PSOE e IU habían tenido una reunión que, para el portavoz de Izquierda Unida, Roberto Sánchez Ramos, fue «crucial». Sin embargo, la decisión última se pactó con un café justo antes de la entrada a la sesión.

Había tres concejales socialistas dispuestos a incumplir las órdenes de la FSA y votar a la segunda fuerza política en el Ayuntamiento, Somos, con Ana Taboada a la cabeza, y otros dos que querían devolver la moneda por haber perdido la Alcaldía socialista en Gijón, por la negativa de apoyo de la candidatura de unidad popular Xixón Sí Puede. Con ese escenario, y con la orden de la FSA para que Wenceslao López presentara candidatura al Consistorio, la única vía para alcanzar los 14 ediles que daban la mayoría y lograr el cambio que las tres fuerzas de la izquierda dijeron ansiar, era dar el bastón de mando a López.

El acuerdo se tomó, pero llegó al salón de plenos prendido con pinzas. En la calle además, varios centenares de personas reclamaban que Taboada fuera investida alcaldesa, que su candidatura de unidad popular obtuviera el apoyo de PSOE e IU, tal y como habían firmado en la tarde del viernes. Los ciudadanos habían aprobado ese acuerdo programático firmado por los tres grupos municipales antes de que la FSA se pronunciara. 'Sí se puede, sí se puede', 'Wenceslao no te vendas' y 'alcaldesa, alcaldesa', eran los cánticos que repetían en la plaza. Taboada se acercó a darles ánimo antes de cruzar la puerta del Consistorio.

Tras la jura de los cargos, que algunos ediles hicieron en asturiano, otros defendiendo un estado «republicano, federal, solidario y laico» y otros acatando «la Constitución hasta que la ciudadanía la cambie para recuperar los derechos sociales», llegó el turno de las intervenciones de los portavoces de cada grupo.

Luis Pacho, de Ciudadanos, ratificó su compromiso de hacer política, «ya estaba cansado de que la hicieran por mí». Aseguró que numéricamente no eran decisivos, pero «políticamente sí», a la vez que anunciaba su candidatura. No apoyaría a ningún partido ni se abstendría como se había llegado a plantear desde las elecciones del pasado 24 de mayo. La siguiente fuerza en intervenir, siempre de menos a más representatividad, fue IU. Y ahí llegó la sorpresa que mantuvo al salón de plenos con el corazón en un puño hasta el último momento de la votación. Ramos le comentó algo a López, que presidía la mesa como miembro de más edad de la Corporación, antes de tomar la palabra y lanzó lo inesperado: «Hay una mayoría absoluta que quiere el cambio y no lo vamos a frustrar. En Izquierda Unida también somos socialistas, la acción política y unión popular son lo mismo. No nos presentamos, votaremos al compañero Wenceslao López, lo que hemos acordado las tres fuerzas políticas de izquierda», anunció.

Las caras de perplejidad se sucedieron en la sala. Y al tomar la palabra Wenceslao López parecía ratificarse el vuelco de todo lo previsible. «Estamos hoy en un día muy importante para nosotros, para algunos quedará especialmente grabado en memoria», arrancó su intervención. Recordó que el resultado en las urnas había hecho un «encargo importante a las formaciones políticas. Hemos trabajando intensamente para transformar eso en realidades y futuro porque los ovetenses nos pidieron mayoría progresista tras 24 años de mal gobierno. Para cumplir ese deseo hemos buscado puntos de encuentro en un proyecto común. Hemos conseguido unir los tres proyectos en un proyecto común, solido de rigor y de futuro», prosiguió para terminar ratificando la sorpresa y agradeciendo la «generosidad de Somos que siendo la fuerza más votada de la izquierda ha conseguido que Oviedo cambie de rumbo y de respuesta a esa ciudadanía».

Todo el mundo estaba en ese punto del Pleno pendiente de la intervención de Somos. Hasta los ciudadanos concentrados en la calle acallaron sus cánticos y Ana Taboada creó la incertidumbre en la sesión. Saludó a los trabajadores en lucha y deseó buenas noches a los presentes «habida cuenta de las horas a las que nos convocan a este pleno», criticó; una decisión del alcalde saliente, Caunedo, para retrasar la sesión para tener los resultados de Gijón ya sobre la mesa. «Somos Oviedo hicimos historia al presentarnos como agrupación de electores y volvimos a hacerlo el 24 de mayo con unos resultados que son incontestables, con una marea ciudadana en favor del cambio. Hay una demanda de regeneración democrática y Oviedo no es excepción a la ola de cambio y esperanza que nadie debería frustrar», intervino creando cierta incertidumbre.

Prosiguió recordando que «la fuerza del cambio ha ganado en las elecciones, un cambio plural y diverso que a Somos le toca liderar desde la altura de miras. Vamos despacio porque vamos lejos y no somos moneda de cambio. Apelamos a la palabra dada, no nos sometemos a la testosterona y quisiéramos que toda esa alegría del cambio inundase hoy las calles de Oviedo y que nadie la usurpara», concluyó para terminar postulando su candidatura a la Alcaldía.

Nadie tenía claro en ese momento qué terminaría por ocurrir. Los propios protagonistas del acuerdo parecían desubicados, mientras los populares aguardaban el momento de la votación con semblante más que serio. Pacho confirmó su palabra y los dos ediles de Ciudadanos votaron su lista. Sánchez Ramos, antes de votar a voz alzada, se acercó a Ignacio Fernández, el sexto concejal electo de Somos y el primero en pronunciarse ante el voto de su formación. Luego Izquierda Unida votó al socialista, el PSOE hizo lo propio y Fernández rompió la tensión que se palpaba. «Voto a Wenceslao López», dijo. Los aplausos sonaron en el salón de plenos y a Fernández le siguieron la confirmación de Isabel Gómez, Fernando Villacampa y Rubén Rosón que matizó su postura: «Con todo el convencimiento de que Oviedo se merece una alcaldesa voto a Wenceslao». «Voto por el cambio, voto por el PSOE», ratificó Taboada mientras en la plaza le animaban con vítores de 'alcaldesa, alcaldesa'.

Nada más terminar el Pleno, Taboada reconoció que la decisión «no fue nada fácil. Sabemos que puede tener consecuencias para nuestros concejales y concejalas porque habrá, lógicamente, a quien no le guste porque la primera opción era la nuestra. Hablaremos con la asamblea ciudadana y pondremos las concejalías a disposición de ellos. Decidirán si hemos obrado adecuadamente o no», dijo. Lo repitió en el balcón del Consistorio y la respuesta que recibió fue de «valiente, valiente».

Muchos la colocaban como la alcaldesa moral de la sesión y López en su primera intervención ya como quinto alcalde de la democracia en Oviedo insistió en su agradecimiento «a la generosidad de IU y en especial de Somos que con más votos que nosotros ha accedido de motu propio a darme su apoyo. Es digno de reconocer públicamente».

El alcalde saliente, Agustín Iglesias Caunedo, abandonó el salón sin hacer apenas declaraciones. Sus once ediles recordaron que ellos apoyaban «la lista más votada en la ciudad» y Caunedo tildó la sesión como «el Pleno de la confusión: El candidato con los peores resultados de la historia del PSOE en la ciudad será alcalde. No pasa nada, seguiremos trabajando con pasión por Oviedo», el que fue su lema electoral en campaña. Lo hará, según anunció, desde la oposición.