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G. D. -R.
Domingo, 14 de junio 2015, 01:02
Wenceslao López hizo dos discursos ayer. Ambos los hizo emocionado y entre medias casi los tuvo que desandar con el lapsus o error intencionado de Taboada. Empleó su primera intervención para agradecer «la generosidad» de IU, pero sobre todo la de Somos, que con un concejal más que los socialistas desbloqueó el atolladero en el que la FSA había metido el acuerdo alcanzado entre las tres fuerzas. Un acuerdo que seguía las directrices del partido «y que, en el último minuto, se nos ha cambiado solo en Oviedo, lo que nos ha causado un gran dolor».
Un dolor convertido en alegría por la generosidad de Somos y que deja en el aire qué habría hecho Wenceslao López sin el ofrecimiento de Ana Taboada minutos antes del Pleno. Dejó una pista, citando a Pedro Zerolo: «No nos equivocamos cuando somos valientes».
¿El programa? El acordado el viernes y que marca como prioridades rehacer el Ayuntamiento y el concejo, «deshecho tras 24 años de gobiernos del PP», sanear la economía municipal y «ponerla al servicio de las personas, con «más democracia y más participación». Sin olvidar retos de futuro inmediatos «para las grandes áreas de La Vega y El Cristo».
Todo fruto del trabajo «intenso» de las tres formaciones para llevar a buen puerto el «encargo» que les dieron los votantes de propiciar un cambio. Su compromiso fue «fortalecer las señas de identidad de Oviedo» con un proyecto «sólido con rigor y futuro». Para él, dijo, era un día muy importante. Volvía al Ayuntamiento después de 36 años (recordó al secretario Luis Arce y al fallecido Luis Riera Posada). Lo hace como alcalde.
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