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Silencio en el PP de Oviedo a la espera de la decisión del concejal

Los populares aguardan que el que fuera teniente de Alcaldía renuncie a su acta de edil para no perjudicar al partido en vísperas de las elecciones

GONZALO DÍAZ-RUBÍN

Sábado, 7 de marzo 2015, 00:52

Tanto el PP de Oviedo como el equipo de gobierno municipal evitaron ayer pronunciarse sobre la ratificación de la condena a Jaime Reinares. Un silencio respetuoso con los malos momentos que pasa su compañero de partido y Ayuntamiento y que esperan concluya con la renuncia del edil a su acta. Su lugar, lo ocuparía, en este caso y siempre que la Junta Electoral Central se diese mucha prisa con las certificaciones, José Manuel Bocero, el siguiente nombre de la candidatura del PP ovetense que hace cuatro años encabezó Gabino de Lorenzo.

Nadie se atrevió ayer a hacer pronósticos. La única organización funcional del PP asturiano, dentro de lo funcional que puede ser un partido político, es la de Oviedo. Es mérito, en buena parte, de Agustín Iglesias Caunedo, que fue su secretario general durante décadas, hasta suceder a Gabino de Lorenzo, primero como alcalde y luego, también, como presidente de los populares de la capital. Caunedo cree en los partidos; su predecesor, no tanto.

A De Lorenzo le ofrecieron la candidatura de, entonces, Alianza Popular en 1987 y embarcó en ella a su amigo Jaime Reinares. Un tándem formado en la peña flamenca que presidía aquel joven ingeniero de Minas y de la que era tesorero el edil condenado. En 1991, el CDS viró hacia el otro lado y De Lorenzo se convirtió en alcalde, en presidente de la Corporación, y Reinares, en concejal de Hacienda, en su 'tesorero'. Durante 20 años largos, el Ayuntamiento funcionó casi al margen del partido. De Lorenzo fichó a gente del SOMA, del PSOE o asturianistas. Algunos siguen siendo de su círculo de confianza.

Caunedo cree en los partidos políticos (en el suyo en especial) y no está dispuesto a que la actual crisis de confianza en ellos barra en los comicios de mayo dos décadas de trabajo. Por eso, el alcalde ya esperaba en julio que Reinares hiciese «lo mejor, como siempre ha hecho, durante los 27 años que ha sido concejal del Ayuntamiento, también pensando en el partido y en él». Es decir, que renunciase al hacerse pública la sentencia que le condenaba en primera instancia por revelación de secretos.

Eso dijo ante los medios, a la vez que le mandaba un mensaje claro al retirarle todas las competencias al que durante 23 de esos 27 años fue primer teniente de alcalde, pero ya sabía entonces que no sería fácil que Reinares cambiara de posición.

«No dimitir»

El día anterior había sido largo. El equipo de gobierno en pleno viajó hasta Cabornio para la puesta en marcha de la potabilizadora. Hubo una comida después y aún por la tarde, de vuelta en Oviedo, una reunión de trabajo. En medio de la misma, el teléfono le sonó a Reinares. Era su abogado. Al reincorporarse a la reunión pidió la palabra y confirmó que había sido condenado y que no pensaba dimitir.

Hubo tensión y un tira y afloja. El alcalde le dio a entender que no podía seguir en el Ayuntamiento, que los tiempos no están para políticos condenados sentados en la Corporación. La solución aplazó el problema, que, además, agrió las relaciones personales entre algunos concejales. Hasta ahora. Fuentes del partido se mostraron ayer convencidas de que Reinares cumplirá lo anunciado y tras ver confirmada su condena dejará el Consistorio. Cuestiones personales podrían pesar además en la decisión que adopte el edil que ayer no atendió a las llamadas de este diario.

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