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ELENA RODRÍGUEZ
GIJÓN.
Martes, 9 de enero 2018, 01:44
La Consejería de Educación argumenta que «existe una escasa demanda» del grado de Ingeniería de Organización Industrial para justificar el haber rechazado que se esta titulación se oferte en Asturias. Así lo recoge el informe firmado por el consejero Genaro Alonso, con fecha del 22 de diciembre, en el que rechaza la implantación de este título, muy solicitado no solo por la Escuela Politécnica de Ingeniería (EPI) y la Universidad de Oviedo, sino también por los propios empresarios, quienes, en contra de lo que sostiene el Gobierno regional, sí ven necesaria esta formación y afirman que compañías como TSK y Duro Felguera ya están formando a sus trabajadores en este perfil.
Para conocer la demanda social, la Dirección General de Universidades afirma que ha tenido en cuenta los traslados o movimientos de estudiantes a otras universidades que imparten esta formación (en veintitrés grados y nueve másteres). Para ello, ha tomado como referencia seis cursos, los comprendidos entre el de 2011-2012 y el de 2016-2017. Y las cifras -remitidas «desde el Vicerrectorado de Estudiantes»- es que hubo 27 alumnos que iniciaron el grado de Ingeniería de Organización Industrial fuera del Principado en ese sexenio. En el primer año, hubo seis estudiantes; en el tercero, cinco; en el quinto, nueve y en el sexto, siete.
También incluye otra tabla sobre los alumnos que continuaron estos estudios en otras instituciones académicas. Hubo cuatro (dos en 2014-2015, uno en 2015-2016 y otro en 2016-2017). Por tanto, Educación concluye que «los datos recabados indican que ha existido una escasa demanda de esta titulación entre las personas que abandonan la Universidad de Oviedo».
También hace mención a la especialización en Organización Industrial que se impartió entre los cursos 1994-1995 y 2001, «cuando fue sustituida en el Plan de Estudios de 2001 por la intensificación en Gestión de Empresas Industriales». En opinión de la Consejería de Educación, «con tanta diferencia en el tiempo, no es oportuno extrapolar la demanda de dicha intensificación para justificar la del grado que se solicita» en estos momentos. En su opinión, ese mismo motivo aportado por la Universidad podría avalar que «se implantara como una mención de grado o como un máster».
Sobre la posibilidad de que el grado pudiera atraer a alumnos de otras comunidades autónomas, la Dirección General de Universidades indica que «se oferta en la Universidad Europea del Atlántico, en Cantabria; en la Universidad de Vigo, que atraería al alumnado de Galicia, algo que también sucede en Castilla y León, puesto que se imparte el título en la Universidad de Valladolid y es materia en el máster de Ingeniería».
También alude al «desequilibrio aún mayor que podría haber entre ramas», pues según menciona hay dieciséis grados en Ingeniería y Arquitectura frente a los nueve, por ejemplo, que existen en Artes y Humanidades, y a «cómo la inversión en este grado restaría recursos humanos y materiales para implantar otras titulaciones que pudieran tener mayor interés en el Principado».
Otros de sus argumentos son que «hay una considerable coincidencia de objetivos, contenidos y materias con otras enseñanzas oficiales existentes, de tal manera que la oferta formativa novedosa ni siquiera supone 78 créditos». En este sentido, apunta que, dentro de la rama industrial, «comparte con los títulos ya ofertados los cursos de primero y segundo completos y una asignatura tanto en tercero como en cuarto cursos». Añade también que «las asignaturas específicas son coincidentes con otras materias de titulaciones de la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas, así como con otras de la rama de Ingeniería y Arquitectura».
Éstos son los principales argumentos que ofrece la Dirección General de Universidades, que también echa en falta «prospecciones sobre los alumnos que se esperan en la nueva titulación», que son de sesenta por curso académico.
A la espera de conocer con detalles qué pasos son los que deberían seguirse a partir de ahora, la Escuela Politécnica de Ingeniería sigue sumando apoyos. El grupo municipal de Ciudadanos -que se reunió ayer con el director de la EPI Juan Carlos Campo- señaló que «es contradictorio que la Dirección General de Universidades se oponga a la creación del grado y, en cambio, diga que sí vería adecuado que estos estudios se impartieran a través de una mención de grado o de un máster, algo que tendría además el mismo coste». Un coste -dijo su portavoz, Juan Carlos Fernández Sarasola- que es muy bajo. No llega a los 80.000 euros, según los cálculos de la Universidad.
Desde su punto de vista, «supone una clara intromisión política en el ámbito universitario» y «es a la Universidad a la que le corresponde determinar si estos estudios deben impartirse mediante una mención de grado, un grado propio o un máster». El Principado, sostiene, «solo debería valorar su viabilidad económica y si estos estudios dan respuesta a las necesidades existentes en Asturias o no, algo que ya ha quedado claro a la vista de las declaraciones de apoyo de la patronal y de otras entidades empresariales». Por ello, avanzó que promoverá en el Ayuntamiento y en la Junta iniciativas para alcanzar un acuerdo lo más amplio posible para forzar a Educación a dar marcha atrás.
No es el único. Xixón Sí Puede ha propuesto al resto de la Corporación presentar una declaración institucional de apoyo a la implantación del grado.
«No parece de recibo conformarse mientras vemos cómo las generaciones más formadas cogen la maleta para dar lo mejor de sí en países en los que el alto nivel formativo de los jóvenes que salen de la Universidad es valorado adecuadamente en todas sus vertientes». Y subraya «cómo elevaría las potencialidades del campus y ampliaría las posibilidades para el alumnado».
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